TRATADO
DE ATEOLOGÍA: FÍSICA DE LA METAFÍSICA (2006) DE MICHEL ONFRAY
Edgardo
Rafael Malaspina Guerra
I
El
filósofo Frances Michel Onfray en Tratado de Ateología: Física de la metafísica
arremete contra las tres religiones principales: judaísmo , cristianismo e
islamismo desde diferentes ángulos: histórico, racional, lógico y sentido
común. Demuestra sus profundas inconsistencias y contradicciones, sus sesgados
puntos de vistas sexuales, racistas, clasistas, sociales, económicos y
políticos en general.
II
El
monoteísmo ama la muerte y odia la vida, la razón, la libertad, la inteligencia
y la libertad.
III
Onfray
parte de la Muerte de Dios nietzscheana para luego citar a una serie de
filósofos que han abordado el tema. Luego habla de cómo cada versículo de
cualquiera de los libros monoteístas
(Talmud, Tora, Biblia o Corán) afirma una cosa para más adelante contradecir
esa afirmación; y más luego volver al primer punto, de tal maneral que su
interpretación puede hacerse como más convenga de acuerdo a las circunstancias.
Esta cualidad proteica les permite adaptarse a todos los gustos y situaciones .
IV
Jehová,
Dios o Alá son autoritarios y xenófobos. Aman a su pueblo y odian a los demás.
Son de carácter irascible y guerreros. Prometen territorios que pertenecen a
otros habitantes y despiadadamente los desalojan de sus lares sin ningún tipo
de compasión.
V
No
hay pruebas de la existencia histórica de Jesús. Pablo de Tarso era un enfermo
mental: esquizofrénico, histérico; Y el emperador Constantino era un
oportunista que aprovechó la coyuntura política para que las clases poderosas
se quedaran con las riquezas, placeres y bondades del “más acá” y dejaron a los
pobres el incierto “más allá”.
VI
El
Corán destila odio, fuego y venganza en cada una de sus páginas.
PÁRRAFOS
1
La
inexistencia histórica de cristo: Como enseña la etimología, Jesús significa
«Dios salva, ha salvado y salvará. ¿Quién es el autor de Jesús? Marcos. El
evangelista Marcos, primer autor del relato de aventuras maravillosas del
llamado Jesús. Probable compañero de Pablo de Tarso en su travesía misionera,
redactó su texto hacia el año 70. No hay pruebas de que haya conocido a Jesús
en persona, ¡y con razón! El trato personal hubiese sido evidente y constaría
en el texto. Pero no nos codeamos con las ficciones...
2
Los
evangelistas crean una verdad al repetir sin cesar las ficciones. La
agresividad militante paulina, el golpe de Estado de Constantino y la represión
de las dinastías valentiniana y teodosiana hacen el resto.
3
Jesús
es, pues, un personaje conceptual. Toda su realidad se basa en esta definición.
Existió, sin duda alguna, pero no como figura histórica..., sino de una manera
tan increíble, que poco importa que haya existido o no. Existe como la
materialización de las aspiraciones proféticas de su época y de lo maravilloso
propio de los autores antiguos, conforme al principio performativo que crea al
nombrar. Los evangelistas escriben una historia y en ella narran menos el
pasado de un hombre que el futuro de una religión. Argucias de la razón: creen en
el mito y éste los crea. Los creyentes inventan su criatura y luego le rinden
culto: el principio mismo de la alienación...
4
No
desprecio a los creyentes, no me parecen ni ridículos ni dignos de lástima,
pero me parece desolador que prefieran las ficciones tranquilizadoras de los
niños a las crueles certidumbres de los adultos. Prefieren la fe que calma a la
razón que intranquiliza, aun al precio de un perpetuo infantilismo mental. Son
malabares metafísicos a un costo monstruoso.
5
Para
conjurar la muerte, el homo sapiens la deja de lado. A fin de evitar resolver
el problema, lo suprime. Tener que morir sólo concierne a los mortales: el
creyente, ingenuo y necio, sabe que es inmortal, que sobrevivirá a la
hecatombe universal...
6
Porque
Dios no está muerto ni agonizante, al contrario de lo que pensaban Nietzsche y
Heine. Ni muerto ni agonizante, porque no es mortal. Las ficciones no mueren,
las ilusiones tampoco.
7
El
silencio de Dios permite el palabrerío de sus ministros.
8
Protágoras
: “De los dioses, que no puedo concluir
nada en cuanto a ellos, ni su existencia, ni su inexistencia” (Agnosticismo.).
9
Mortales, finitos,
limitados, dolidos por esas constricciones, los humanos, preocupados por la
completud, inventan una potencia dotada precisamente de las cualidades
opuestas: con sus defectos dados vuelta como los dedos de un par de guantes,
fabrican las cualidades ante las que se arrodillan y luego se postran. ¿Soy
mortal? Dios es inmortal. ¿Soy finito? Dios es infinito. ¿Soy limitado? Dios es
ilimitado. ¿No lo sé todo? Dios es omnisciente. ¿No lo puedo todo? Dios es omnipotente.
¿No tengo el don de la ubicuidad? Dios es omnipresente. ¿Fui creado? Dios es
increado. ¿Soy débil? Dios encarna la Omnipotencia. ¿Estoy en la tierra? Dios
está en el cielo. ¿Soy imperfecto? Dios es perfecto. ¿No soy nada? Dios es
todo, etcétera. La teología, afirma Feuerbach, es una “patología psíquica”,
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Nietzsche.
Y con él, el pensamiento idealista, espiritualista, judeo-cristiano, dualista,
es decir, el pensamiento dominante, empieza a preocuparse: su monismo dionisiaco,
su lógica de las fuerzas, su método genealógico, su ética atea, permiten
vislumbrar una salida del cristianismo. Por primera vez, un pensamiento
poscristiano radical y elaborado aparece en el horizonte occidental.
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Hay
que enseñar en las escuelas Antes la Genealogía de la moral que las Epístolas a
los Corintios.
12
Ahora
bien. las religiones deberían incluirse entre las materias ya existentes
-filosofía, historia, literatura, artes plásticas, lenguas, etc.-, como
enseñamos las protociencias: por ejemplo, la alquimia en el curso de química,
la fitognomónica y la frenología en ciencias naturales, el totemismo y el
pensamiento mágico en filosofía, la geometría euclidiana en matemáticas, la
mitología en historia... O relatar epistemológicamente de qué modo el mito, la
fábula, la ficción y la sinrazón preceden a las otras ciencias.
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La
religión, esa creación de ficciones, requeriría un desmontaje en toda regla de aquellos
placebos ontológicos, como en filosofía abordamos la cuestión de la brujería,
la locura y los límites, para encontrar y circunscribir una definición de la
razón.
14
SI
Dios existe, entonces todo está permitido Me explico. Tres mil años lo
atestiguan, desde los primeros textos del Antiguo Testamento hasta el presente:
la afirmación de un Dios único, violento, celoso, pleitista, intolerante,
belicoso ha causado más odio, sangre, muertes y
brutalidad
que paz... El fantasma judío del pueblo elegido que legitima el colonialismo,
la expropiación, el odio, la animosidad entre los pueblos.
15
En
casi todas las páginas del Corán hay llamados a acabar con los infieles, su
religión, cultura, civilización, pero también con los judíos y los cristianos,
¡en nombre de un Dios misericordioso.
16
La
existencia de Dios, me parece, ha generado en su nombre muchas más batallas,
masacres, conflictos y guerras en la historia que paz, serenidad, amor al
prójimo, perdón de los pecados o tolerancia.
17
Moisés,
Pablo y Mahoma sobresalieron, cada uno por su parte, en el asesinato, las palizas
o las razzias, como demuestran sus biografías.
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Las
iglesias están vacías los domingos -aunque no para las bodas y menos aún para
los entierros.
19
La
anatomía, la medicina, la fisiología, desde luego, pero también la filosofía,
la teología y la estética contribuyen a la escultura cristiana de la carne. La
mirada que uno se dirige a sí mismo, la del médico, la del especialista en
diagnóstico por imágenes, la filosofía de la salud y la enfermedad, el concepto
de sufrimiento, el papel que se le otorga al dolor, por lo tanto, la relación
con la farmacopea, las sustancias, las drogas, el lenguaje que usa el que cura
para dirigirse al enfermo, pero también la relación de uno consigo mismo, la
integración de una imagen de sí y la construcción de un ideal del yo
fisiológico, anatómico y psicológico, nada de eso se construye sin los
discursos mencionados. Así pues, la cirugía o la farmacología, la medicina alopática
y los cuidados paliativos, ginecología y la tanatología, el servicio de
emergencias y la oncología, la psiquiatría y la clínica experimentan la ley
judeocristiana sin percibir en particular de modo claro los síntomas de esa contaminación
ontológica.
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La
Carta al personal de la salud del Vaticano condena la transgénesis, la
experimentación con el embrión, la fecundación in vitro y transferencia
embrionaria, las madres portadoras, la procreación asistida médicamente para
las parejas no casadas u homosexuales, el clonaje reproductivo, pero también el
terapéutico, los cócteles analgésicos que anulan la conciencia al final de la
vida, la utilización terapéutica del cannabis, la eutanasia. En cambio, elogia los
cuidados paliativos e insiste en el papel salutífero del dolor: posiciones que
los comités de ética, en apariencia laicos y separados falsamente de la
religión, repiten a coro...
21
La
ateología se propone deconstruir los
tres monoteísmos y mostrar cómo, a pesar de sus diversidades históricas y
geográficas, a pesar del odio que se manifiestan los protagonistas de las tres
religiones desde hace siglos, a pesar de la aparente irreductibilidad, en la
superficie, de la ley mosaica, de los dichos de Jesús y de la palabra del
Profeta, a pesar de los tiempos genealógicos diferentes de las tres variaciones
llevadas a cabo durante más de diez siglos de un solo y único tema, la base
sigue siendo la misma. Variaciones de grado, no de naturaleza.
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Pablo de Tarso se creía el delegado de Dios
cuando en realidad sólo estaba cursando su propia neurosis; su odio hacia sí
mismo transformado en odio hacia el mundo: su impotencia, su resentimiento y la
revancha de un aborto -según su propio término...- transformados en motor de
una individualidad que se expandió por toda la cuenca mediterránea.
23
Deconstruir
los monoteísmos, desmistificar el judeocristianismo - también el islam, por
supuesto-, luego desmontar la teocracia: éstas son las tres tareas inaugurales
para la ateología.
24
La
vida se inscribe brevemente entre dos nadas.
25
Los
tres monoteísmos, a los que anima la misma pulsión de muerte genealógica,
comparten idénticos desprecios: odio a la razón y a la inteligencia; odio a la
libertad; odio a todos los libros en nombre de uno solo.
26
Por
la etimología nos enteramos de que islam significa sumisión...
27
SOBRE
PABLO DE TARSO:
Al
comienzo, ese judío histérico e imegrista gozaba persiguiendo a cristianos y
asistiendo a sus castigos. Cuando los fanáticos lapidaron a Esteban, los
acompañó. Y otras veces también, según parece. La conversión en el camino de
Damasco, en el año 34, se relaciona puramente
con la patología histérica: cae al suelo (y no de un caballo, como muestran
Caravaggio y la tradición pictórica...), una luz intensa lo ciega, oye la voz
de Jesús, no ve durante tres días y no come ni bebe durante ese periodo.
No
es difícil hacer un diagnóstico médico: la crisis aparece siempre en presencia de otras personas -como en este
caso...-, la caída, la ceguera llamada histérica -o amaurosis transitoria-, por
lo tanto pasajera, la suspensión sensorial -sordera, anosmia, ageusia- durante tres
días, la tendencia mitómana -Jesús le habla en persona...-, el histrionismo o
exhibicionismo moral -una treintena de años de teatralización de un personaje
imaginario, designado por Dios y elegido por él para cambiar el mundo-. Toda la
crisis se asemeja, hasta el punto de confundirse con ella, a la descripción de
la histeria de un manual de psiquiatría, capítulo de las neurosis, sección
histerias... Ni más ni menos que una verdadera histeria... ¡de conversión!
(Síndrome de conversión)
0-0
Pablo
de Tarso sufre toda su vida de impotencia sexual o de una libido problemática: en
forma reactiva, tiene la ilusión de libertad y de independencia al creer
librarse de lo que lo determina, luego afirma lo que quiere, lo elige y lo
decide a plena conciencia. Incapaz de poder llevar una vida
sexual
digna de ese nombre, Pablo decreta nula y sin valor cualquier forma de
sexualidad para él, sin duda, pero también para todos. Quiere ser como el resto
del mundo y al mismo tiempo exige que todo el mundo lo imite. De ahí surge el
poderoso deseo que toda la humanidad se pliegue a las reglas de sus propios
determinismos...
Para
un cristiano resulta difícil amar al prójimo, sobre todo si es judío... Saulo
convertido en Pablo se entregó con entusiasmo a combatir el judaísmo, con la
misma pasión con que se dedicó, antes de emprender el camino de Damasco, a
perseguir a cristianos, molerlos a golpes, e incluso enviarlos sin demora al
otro mundo. Para promocionar la secta a la que se volvió adicto le era
necesario imponer la noción de que Jesús era el Mesías anunciado en el Antiguo Testamento
y que Cristo abolía el judaísmo al cumplir la profecía.
Como
los seguidores de Yahvé no creyeron en esas tonterías del Hijo de Dios muerto
en la cruz para salvar a la humanidad, se convirtieron en adversarios, y luego,
muy pronto, en enemigos.
29
Aparecen
las mismas imprecisiones en los textos del Nuevo Testamento. Los más antiguos
datan de medio siglo después de la supuesta vida de Jesús. En todos los
ejemplos, ninguno de los cuatro
evangelistas
conoció real y físicamente a Cristo. En el mejor de los casos, su saber
proviene del relato mitológico y fabuloso transmitido de manera oral y luego
transcrito entre el año 50 de nuestra era -las epístolas de Pablo- y fines del
siglo I -el Apocalipsis-. No obstante, no existe ninguna copia de los
evangelios antes de fines del siglo II o principios del III. Fechamos a ojo los
pretendidos hechos, creyendo a priori lo que los textos relatan.
30
En
cada uno de los tres libros fundadores abundan las contradicciones: a cada cosa
dicha le sigue casi de inmediato su contradicción, se hace una advertencia,
pero la contraria también, se prescribe un valor y su antítesis un poco más
allá. La labor de fijación definitiva, la construcción de un corpus coherente
no ha servido de nada, ni siquiera la decisión de denominar «sinópticos» tres
evangelios,
puesto que cada uno se puede leer en relación con los otros. El judío, el
cristiano y el musulmán pueden consultar, según su deseo, en la Tora, los Evangelios
y el Corán; encontrarán motivos, según su necesidad, para justificar lo blanco
y lo negro, el día y la noche, el vicio y la virtud.
31
¿Un
jefe militar busca un versículo que justifique su acción? Encontrará una
cantidad increíble de ellos. ¡Pero un pacifista que deteste la guerra, decidido
a hacer valer su punto de vista, también puede esgrimir frases, citas o
palabras contrarias! ¿Otro consulta el texto para justificar la guerra de
exterminación total? Hay libros y también textos. ¿Otro clama por la paz
universal? Igualmente encontrará máximas apropiadas. ¿Un antisemita justifica
su odio histérico? ¿Un creyente quiere basar su desprecio por los palestinos con
la Biblia en la mano? ¿Un misógino desea demostrar la inferioridad de las
mujeres? Abundan los textos a favor... Pero una palabra extraída de ese caos
también permite deducir lo contrario. Lo mismo ocurre si se desea descargar la
conciencia justificando el odio, las masacres y el desprecio, pues hay tanto
material para legitimar la bajeza como para ejercer un indudable amor al
prójimo.
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Demasiadas
páginas escritas en demasiados años por demasiadas personas desconocidas,
demasiadas reposiciones y retrocesos, demasiadas fuentes y demasiados
materiales. A falta de un único inspirador. Dios, los tres libros considerados
sagrados incluyen muchos escribas, intermediarios y copistas. Ninguno de los
libros es coherente, homogéneo y unívoco. Llegamos, pues, a la incoherencia, la
heterogeneidad y la pluralidad de voces de las enseñanzas. Un método muy
sencillo, pero poco practicado, es el de leer con atención, empezar por el
principio y continuar hasta el fin por el camino trazado.
33
Partiendo
de ese principio, se glosa sobre el Espíritu a partir de la Letra, y viceversa.
¿Una cita dice lo contrario? Sí, pero la tercera afirma lo contrario de lo
contrario. Y desglosamos otra frase que, al contradecir lo contrario,
restablece la primera proposición. El juego de justificaciones de una tesis a
través del uso de una cita sacada del texto y del contexto permite que cada
cual utilice los pasajes llamados sagrados a favor de su causa: Hitler
justificaba su acción alabando a Jesús cuando éste expulsaba a los mercaderes
del Templo, mientras que Martín Luther King legitimaba la no violencia también
citando los Evangelios... El Estado de Israel se apoya en la Tora para
justificar la colonización de Palestina, los palestinos citan el Corán para expulsarlos
por medio del asesinato. Los sofismas y la habilidad dialéctica adquieren
formas retorcidas; el gusto por la argumentación basta para ensalzar el vicio y
convertir la virtud en oprobio.
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POLÍTICA
La
doctrina de la no violencia condena a la masacre cuando delante se tiene a un
bruto decidido. Mahatma Gandhi y los suyos, a lo largo de las vías del tren, pueden
inspirarse en los evangelios mientras no tengan frente a ellos a un comandante
de escuadrón nazi que les inutilice con rapidez las dos mejillas...
35
EL
CORÁN
El
Corán contiene ciento veinticuatro suras, y todos, menos el noveno, comienzan
con la repetición del primer versículo del primer sura (1, 1), la frase
inaugural: «En el nombre de Alá, el Compasivo, el Misericordioso.» Y para que
así conste. La tradición da noventa y nueve nombres a Dios; el centésimo será
revelado sólo en la vida futura. Entre esos nombres, hay variaciones sobre el
tema de la misericordia: el que Todo lo Perdona -Al-Gahaffar-, el Justo, el Equitativo,
el Benévolo Sutil, el Bondadoso -Al-Latif-, el Paciente, el Clemente -Al
Halim-, el Bienamado, el Bienhechor -Al-Barr-, el Indulgente –Al’Afuww-, el
Detentor de la Generosidad -Zhu-I-Jalali.
Verifiquemos
en el Littré: define la misericordia como «la gracia, el perdón otorgado a los
que pueden recibir castigo». O bien, si se trata específicamente de religión:
«bondad por la que Dios otorga la gracia a los hombres y a los pecadores».
¿Cómo se puede justificar, por lo tanto, que entre sus otros nombres también
figuren los siguientes: el que envilece -Al-Muhil-, el que causa la muerte
-AlMumit-, el vengador -Al Muntaqim-, ¿el que puede perjudicar a las personas
que lo ofenden -Al-Dar-? ¡Curiosa manera de practicar la misericordia la de
envilecer, matar, vengar y perjudicar! Decenas de suras lo justifican a lo
largo de sus páginas...
0-0
Si,
como enseña el sura titulado «Las mujeres», la ausencia de contradicciones en
el Corán demuestra el origen divino del Libro - dictado durante veinte años, en
La Meca y en Medina, a un hombre, un recolector de estiércol de camello, que no
sabía, pobre diablo, ni leer ni escribir...- la cantidad de contradicciones
acumuladas y destacadas en cursiva, mencionadas más arriba, permite afirmar el origen
humano, muy humano, demasiado humano de la obra en cuestión. Paradójicamente,
la tesis coránica de la ausencia de contradicciones en el texto contradicha por
el examen del texto le da la razón al texto, lo que permite concluir que su
origen es humano y no divino...
36
Jehová
manda la peste, las úlceras y las pústulas -los comienzos de la guerra
bacteriológica, a lo que agrega lo que la soldadesca practica desde siempre: el
asesinato de todo el mundo.
37
EL
VATICANO Y HITLER
A
modo de información: ningún nacionalsocialista de las bases, ningún nazi del
alto mando o miembro del estado mayor del Reich fue excomulgado y ningún grupo
fue excluido de la Iglesia por haber enseñado y practicado el racismo, el
antisemitismo o por haber hecho funcionar las cámaras de gas. Adolf Hitler no
fue excomulgado, y su libro, Mi lucha, nunca formó parte del índice. Recordemos
que después de 1924, fecha de publicación de ese libro, el famoso Índex Librorum
Pohibitorum agregó a su lista -j unto a Fierre Larousse, culpable del Grand
Dictionnaire universel (!)- a Henri Bergson, Andró Gide, Simone de Beauvoir y
Jean-Paul Sartre. Adolf Hitler nunca figuró allí.
38
HITLER
Fue
decisión de un Führer ateo mandar inscribir en los cintos de los soldados de
las tropas del Reich Gott mit unsy ¿Se sabe que la frase fue tomada de las
Escrituras? En particular, del Deuteronomio, uno de los libros de la Tora,
donde podemos leer explícitamente: «Dios marcha con nosotros» (Dt. 20, 4), una
frase extraída de la arenga que Yahvé dirige a los judíos cuando parten a
luchar contra sus enemigos, los egipcios, a los que Dios promete un exterminio
total (Dt. 20, 13).
39
El
siglo XXI comienza con la lucha sin cuartel. De un lado, el Occidente
judeocristiano liberal, en el sentido económico del término, brutalmente
capitalista, salvajemente mercantil, cínicamente consumista, productor de
falsos bienes, ignorante de la virtud, visceralmente nihilista, sin fe ni ley,
fuerte con los débiles, débil con los fuertes, astuto y maquiavélico con todos,
fascinado por el dinero, las ganancias, de rodillas ante el oro proveedor de
todos los poderes, generador de dominaciones -cuerpos y almas entremezclados.
Del
otro lado, el mundo musulmán piadoso, fanático, brutal, intolerante, violento,
imperioso y conquistador. curre a un hiperterrorismo de cúters, de aviones
secuestrados y cinturones con explosivos artesanales. Los dos campos
reivindican a Dios para sí, y cada uno practica las ordalías de los primitivos.
El eje del bien contra el eje del mal, con las caras siempre invertidas.
40
El
musulmán está persuadido de que beber vino y comer una chuleta de cerdo le
impide la entrada al Paraíso, mientras que el asesinato de un infiel le abre
las puertas del Cielo de par en par.