lunes, 23 de noviembre de 2020

EL GUARDIÁN DEL FARO

 


EL GUARDIÁN DEL FARO O LA INCERTIDUMBRE DEL INMIGRANTE.

 

Edgardo Rafael Malaspina Guerra

1

 El guardián del faro (1881) es una novela del escritor polaco Henryk Sienkiewicz (1846-1916), Premio Nobel de Literatura (1905) , que trata de un hombre que huye de las turbulencias políticas de su país. Luego de viajar mucho y desempeñar diferentes oficios en cualquier lugar del planeta, encuentra ,en su vejez, un trabajo como guardián de un faro, donde lleva una vida de asceta. Cree haber llegado al sitio exacto para pasar el resto de sus días. No obstante, la nostalgia por su patria lo sumerge en un trance, pierde la noción del tiempo, olvida cumplir con sus funciones, es despedido y debe volver como Sísifo a sus andanzas, pero ya con sus fuerzas mermadas por el paso de los años.

2

Nuestro héroe, luego de recorrer mundo, llega a Panamá, donde le ofrecen el cargo de vigilante y guardián de un faro. Le gusta su nueva ocupación: está en medio de la naturaleza, contempla los atardeceres frente al mar, observa el vuelo de las gaviotas y medita sobre su vida. Ha encontrado la paz que tanto buscaba en el ocaso de su vida. Una vez recibe un paquete postal: le han enviado un libro sobre Polonia de una sociedad a la cual se había afiliado. El libro es un poema de Adam Miskievich  (escritor polaco)“Pan Tadeusz”. Empieza a leer la obra, y a su mente vienen recuerdos sobre su patria. Se duerme y en sueños regresa a su infancia en Polonia y siente mucha nostalgia. La lectura, que lo regresa a los sitios que le son muy caros, pero de los cuales hace más de cuarenta años que no sabe nada y la alegría de reencontrarse con su idioma natal, lo atrapan y olvida cumplir con sus labores de vigilante del faro. Lo expulsan del trabajo, y el anciano se marcha derrotado llevando entre sus manos el libro que le conmovió. La búsqueda continúa …

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Frases de Henryk Sienkiewicz

 

 

a.       Siempre creo en lo que es beneficioso para mí creer, y esta es mi filosofía.

b.      Quien supo vivir debería saber morir.

c.       La felicidad siempre está donde una persona la ve.

d.      Entre los locos, tú mismo te vuelves loco y, además, comienzas a encontrar cierto encanto en la locura

e.       El rico puede permitirse todo, incluso la virtud.

f.        No debes pensar en la muerte, porque ella piensa en nosotros sin nuestra ayuda.

g.      El mal, como una ola, golpea la orilla y regresa.

h.      A la gente la une el banco de la escuela y otras desgracias.

i.        El egoísmo es un algodón que se pone en los oídos para no escuchar los gemidos de la gente.

j.        El amor que quiere ser sólo espiritual se convierte en una sombra; si carece de un principio espiritual, entonces es vulgar.

k.      La felicidad son los ojos que pueden obstruirse con una mota de polvo y las lágrimas brotarán de ellos.

l.        No seas demasiado persistente, recuerda beber un buen vino lentamente.

m.    La libertad es el derecho a hacer lo que quieras y evitar que los demás hagan lo que ellos piensan.

 

 

 

 

martes, 17 de noviembre de 2020

EL CORONEL NO TIENE QUIEN LE ESCRIBA (1961)

 

EL CORONEL NO TIENE QUIEN LE ESCRIBA (1961)

 


Edgardo Rafael Malaspina Guerra

 

1

El viejo coronel vive con la esperanza de recibir su pensión como veterano de la guerra , pero “La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre” , decía Friedrich Nietzsche. El coronel vive, junto a su esposa, la torturante ilusión de recibir una carta gubernamental que nunca llegará para resolver sus problemas económicos. En su desesperación sueña también que las espuelas victoriosas de su gallo le traerán algún beneficio; sin embargo, las soluciones lúdicas también son espejismos de la esperanza: por eso Mark Twain afirmaba que :“Hay dos ocasiones en la vida en las que el hombre no debería jugar : cuando no tiene dinero para ello y cuando lo tiene.”.

2

El inicio de la novela muestra la precariedad económica del coronel :“El coronel destapó el tarro del café y comprobó que no había más de una cucharadita. Retiró la olla del fogón, vertió la mitad del agua en el piso de tierra, y con un cuchillo raspó el interior del tarro sobre la olla hasta cuando se desprendieron las últimas raspaduras del polvo de café revueltas con óxido de lata”. Cuando le preguntan por la correspondencia se siente apenado y responde con vergüenza: “Yo no tengo quien me escriba”. Está enfermo, tiene delirios febriles y sus pesadillas giran en torno de la guerra civil.

3

En “El coronel no tiene quien le escriba” se menciona a Macondo, al coronel Aureliano Buendía y el tratado de Neerlandia que puso fin a sus treinta y dos fracasos en igual número de guerras. Hay inviernos calurosos, lluvias que se transforman en diluvios, conspiraciones políticas, hojas clandestinas, toques de queda y censura de la prensa. Una vez trajeron unas gallinas viejas para “cogerle cría con el gallo del pueblo”; y se recuerda que al coronel Aureliano Buendía le llevaban mujeres jóvenes para mejorar la descendencia. Poco a poco se va configurando el panorama para la trama de Cien años de soledad.

4

La expresión escatológica del coronel, con la que termina la novela, es una forma de liberación espiritual que muestra su inconformidad con las adversidades de la vida, pero también   sus intenciones de no rendirse y seguir luchando; por eso “se sintió puro, explícito, invencible”, en el momento de responder a su mujer.

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Frases:

-El que espera lo mucho espera lo poco.

-La diabetes es demasiado lenta para acabar con los ricos.

-La ingratitud humana no tiene límites.

-Lo peor de la mala situación es que lo obliga a uno a decir mentiras.

-Lo único que llega con seguridad es la muerte.

-Las ilusiones no se comen, pero alimentan.

-La dignidad no se come.

-La pobreza es el mejor remedio contra la diabetes.

- A buena hambre no hay mal pan.

- No uso sombrero para no tener que quitármelo delante de nadie.

viernes, 13 de noviembre de 2020

ECCHE HOMO

 


 

ECCE HOMO (1908)

Edgardo Rafael Malaspina Guerra 

Nietzsche habla de su vida, su familia, sus primeros pasos, su carrera como filósofo, se alaba a sí mismo  (hasta la megalomanía) sin tapujos ni falsas poses de modestia, explica porque su filosofía perdurará, destroza a sus adversarios y a todo lo que proviene del cristianismo

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“Ecche homo. Cómo se llega a ser lo que se es” (Escrito en 1888-Publicado en 1908)) es un libro autobiográfico de Frederic Nietzsche donde trata de dirimir su legado doctrinario y filosófico con el del propio Cristo. “Ecche homo” ( ¡He aquí el hombre!) dijo Poncio Pilatos, refiriéndose a Jesús de Nazareth . Nietzsche es Dionisio. Luego de largas diatribas,  su disquisición finaliza con una antinomia que refleja el verdadero espíritu de su discurso: Dioniso o el Crucificado.

2

Nietzsche habla de su vida, su familia, sus primeros pasos, su carrera como filósofo, se alaba a sí mismo  (hasta la megalomanía) sin tapujos ni falsas poses de modestia, explica porque su filosofía perdurará, destroza a sus adversarios y a todo lo que proviene del cristianismo. También habla de sus lecturas, sus libros y las circunstancias en que los escribió, su salud, sus comidas , bebidas, costumbres y gustos por lugares y paisajes. Recuerda los términos con los cuales revolucionó a la filosofía: lo apolíneo y lo dionisíaco, la voluntad de poder, el superhombre, etc.

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Sobre sí mismo:

-La desproporción entre la grandeza de mi tarea y la pequeñez de mis contemporáneos se ha puesto de manifiesto en el hecho de que ni me han oído ni tampoco me han visto siquiera.

- Mi tarea de preparar a la humanidad un instante de suprema autognosis,  un gran mediodía en el que mire hacia atrás y hacia delante, en el que se sustraiga al dominio del azar y de los sacerdotes.

-Conozco mi suerte. Alguna vez irá unido a mi nombre el recuerdo de algo monstruoso, de una crisis como jamás la hubo antes en la Tierra.

-Yo no soy un hombre, soy dinamita.

-Yo soy el primero que ha descubierto la verdad, debido a que he sido el primero en sentir —en oler— la mentira como mentira.

-Yo soy, con mucho, el hombre más terrible que ha existido hasta ahora; esto no excluye que yo seré el más benéfico.

- Yo soy el primer inmoralista, por ello soy el aniquilador par excellence.

-Yo soy un discípulo del filósofo Dioniso, preferiría ser un sátiro antes que un santo.

-En mi recuerdo falta el que yo me haya esforzado alguna vez, no es posible detectar en mi vida rasgo alguno de lucha, yo soy la antítesis de una naturaleza heroica.

-No quiero volverme distinto. Pero así he vivido siempre. No he tenido ningún deseo. ¡Soy alguien que, habiendo cumplido ya los cuarenta y cuatro años, puede decir que no se ha esforzado jamás por poseer honores, mujeres, dinero!

-Un día fui catedrático de Universidad —nunca había pensado ni de lejos en cosa semejante, pues entonces apenas tenía yo veinticuatro años.

He producido sencillamente, sin pausa, cosas de primera categoría, que ningún hombre volverá a hacer después de mí.

- Una cosa soy yo, otra cosa son mis escritos.

- Yo soy el antiasno par excellence y, por lo tanto, un monstruo en la historia del mundo; yo soy, dicho en griego, y no sólo en griego, el anticristo.

-Tengo derecho a considerarme el primer filósofo trágico, es decir, la máxima antítesis y el máximo antípoda de un filósofo pesimista.

- Mi listeza es haber sido muchas cosas y en muchos lugares, para poder llegar a ser una única cosa.

- ¿Quién, antes de mí, ha sido entre los filósofos psicólogo y no más bien lo contrario de éste, “farsante superior”, “idealista”?

-Antes de mí no ha habido en absoluto sicología. Ser en esto el primero puede ser una maldición, es en todo caso un destino: pues se es también el primero en despreciar. La náusea por el hombre es mi peligro.

-Quien sabe respirar el aire de mis escritos sabe que es un aire de alturas, un aire fuerte.

- Yo necesito soledad, quiero decir, curación, retorno a mí mismo, respirar un aire libre, ligero y juguetón. Todo mi Zaratustra es un ditirambo a la soledad o, si se me ha entendido, a la pureza...

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Pensamientos:

-El hombre del conocimiento no sólo tiene que poder amar a sus enemigos, tiene también que poder odiar a sus amigos.

- La palabra más grosera, la carta más grosera son mejores, son más educadas que el silencio.

- Yo sólo ataco causas que triunfan.

- Una cosa es el espantoso silencio que se oye alrededor.

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Salud y enfermedad:

-El estar enfermo puede constituir incluso un enérgico estimulante para vivir, para más-vivir. Así es como de hecho se me presenta ahora aquel largo período de enfermedad: por así decirlo, descubrí de nuevo la vida, y a mí mismo incluido, saboreé todas las cosas buenas e incluso las cosas pequeñas como no es fácil que otros puedan saborearlas; convertí mi voluntad de salud, de vida, en mi filosofía.

- La enfermedad me ha forzado a razonar, a reflexionar sobre la razón que hay en la realidad.

-La enfermedad fue lo que me condujo a la razón.

6

Religión:

La  “religión” de Buda es mejor calificarla de higiene, para no mezclarla con casos tan deplorables con el cristianismo. Buda dice: “no se pone fin a la enemistad con la enemistad, sino con la amistad”; esto se encuentra al comienzo de la enseñanza de Buda; así no habla la moral, así habla la fisiología.

-El ateísmo yo no lo conozco en absoluto como un resultado, aún menos como un acontecimiento: en mí se da por supuesto, instintivamente.

-Chiste de ateísta, un chiste que precisamente yo habría podido hacer: “La única disculpa de Dios es que no existe”.

 - ¿Cuál ha sido hasta ahora la máxima objeción contra la existencia? Dios.

-Las religiones son asuntos de la plebe, yo siento la necesidad de lavarme las manos después de haber estado en contacto con personas religiosas.

No quiero ser un santo, antes prefiero ser un bufón.

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Comidas y bebidas:

¡ La mejor cocina es la del Piamonte!

 -Yo soy adversario, por experiencia, del régimen vegetariano.

-Una comida fuerte es más fácil de digerir que una demasiado pequeña.

-Las bebidas alcohólicas me resultan perjudiciales; un solo vaso de vino o de cerveza al día basta para hacer de mi vida un “valle de lágrimas”. 

-No sabría aconsejar nunca con bastante seriedad la completa abstención de bebidas alcohólicas a todas las naturalezas de espiritualidad superior . El agua basta.

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Escritura y movimiento:

-Escribir en una sola vigilia nocturna una larga disertación latina y además copiarla en limpio, poniendo en la pluma la ambición de imitar en rigor y concisión a mi modelo Salustio, y derramar sobre mi latín un poco de grog del mayor calibre, esto era algo que, ya cuando yo era alumno de la venerable Escuela de Pforta, no estaba reñido en absoluto con mi fisiología.

-Estar sentado el menor tiempo posible; no dar crédito a ningún pensamiento que no haya nacido al aire libre y pudiendo nosotros movernos con libertad, a ningún pensamiento en el cual no celebren una fiesta también los músculos.

9

Lecturas:

-En mi caso toda lectura forma parte de mis recreaciones: en consecuencia, forma parte de aquello que me libera a mí de mí, que me permite ir a pasear por ciencias y almas extrañas, cosa que yo no tomo ya en serio.

- La lectura me recrea precisamente de mi seriedad.

-En épocas de profundo trabajo no se ve libro alguno cerca de mí; me guardaría bien de dejar hablar y aún menos pensar a alguien cerca de mí. Y esto es lo que significaría, en efecto, leer.

- El docto, que en el fondo no hace ya otra cosa que revolver libros —el filólogo corriente, unos doscientos al día—, acaba por perder íntegra y totalmente la capacidad de pensar por cuenta propia. Si no revuelve libros, no piensa.

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Sobre sus libros:

-Que en mis escritos habla un psicólogo sin igual, tal vez sea ésta la primera conclusión a que llega un buen lector, un lector como yo lo merezco, que me lea como los buenos filólogos de otros tiempos leían a   su Horacio.

-Abismos en los que todavía no se ha extraviado pie ninguno. Se me ha dicho que no es posible dejar de la mano un libro mío, que yo perturbo aun el reposo nocturno

-Tomar en las manos un libro mío me parece una de las más raras distinciones que alguien puede concederse, supongo incluso que para hacerlo se quitará los guantes, para no hablar de las botas.

El nacimiento de la tragedia:

-Para ser justos con El nacimiento de la tragedia (1872) será necesario olvidar algunas cosas. Ha influido e incluso fascinado por lo que tenía de errado, por su aplicación al wagnerismo, como si éste fuese un síntoma de ascensión.

Humano demasiado humano:

- Humano, demasiado humano es el monumento de una crisis. Dice de sí mismo que es un libro para espíritus libres: casi cada una de sus frases expresa una victoria —con él me liberé de lo que no pertenecía a mi naturaleza.

Aurora:

-Pensamientos sobre la moral como prejuicio

-Con este libro empieza mi campaña contra la moral. No es que huela lo más mínimo a pólvora: en él se percibirán olores completamente distintos   y mucho más amables, suponiendo que se tenga alguna finura en la nariz.

La gaya ciencia:

-Aurora es un libro que dice sí, un libro profundo, pero luminoso y benévolo. Eso mismo puede afirmarse también, y en grado sumo, de La gaya ciencia

Así habló Zaratustra. Un libro para todos y para nadie:

-Cuando en una ocasión el doctor Heinrich von Stein se quejó honestamente de no entender una palabra de mi Zaratustra, le dije que me parecía natural: haber comprendido seis frases de ese libro, es decir, haberlas vivido, eleva a los mortales a un nivel superior a aquel que los hombres “modernos “podrían alcanzar.

 

Más allá del bien y del mal:

-Este libro (1886) es en todo lo esencial una crítica de la modernidad, no excluidas las ciencias modernas, las artes modernas, ni siquiera la política moderna, y ofrece a la vez indicaciones de un tipo antitético que es lo menos moderno posible, un tipo aristocrático, un tipo que dice sí. En este último sentido el libro es una escuela del gentilhomme (gentilhombre), entendido este concepto de manera más espiritual y más radical de lo que nunca hasta ahora lo ha sido.

Genealogía de la moral:

-Los tres tratados de que se compone esta Genealogía son acaso,  en punto a expresión, intención y arte de la sorpresa, lo más inquietante que hasta el momento se ha escrito.

-Dioniso es también, como se sabe, el dios de las tinieblas. Siempre hay un comienzo que debe inducir a error, un comienzo frío, científico, incluso irónico, intencionadamente situado en primer plano, intencionadamente demorado.

es la sicología del cristianismo: el nacimiento del cristianismo del espíritu del resentimiento.

- El segundo tratado ofrece la sicología de la conciencia: ésta no es, como se cree de ordinario,

“la voz de Dios en el hombre”, es el instinto de la crueldad, que revierte hacia atrás cuando ya no puede seguir desahogándose hacia fuera. La crueldad, descubierta aquí por vez primera como uno de los más antiguos trasfondos de la cultura, con el que no es posible dejar de contar.

-El tercer tratado da respuesta a la pregunta de dónde procede el enorme poder del ideal ascético, del ideal sacerdotal, a pesar de ser éste el ideal nocivo par excellence, una voluntad de final, un ideal de décadence. Respuesta: no porque Dios esté actuando detrás de los sacerdotes, como se cree de ordinario, sino faute de mieux [a falta de algo mejor], porque ha sido hasta ahora el único ideal, porque no ha tenido ningún competidor.

-

 El crepúsculo de los ídolos. Cómo se filosofa con el martillo:

-Este escrito, que no llega siquiera a las ciento cincuenta páginas, de tono alegre y fatal, un demón que ríe, obra de tan pocos días que vacilo en decir su número, es la excepción en absoluto entre libros: no hay nada más sustancioso, más independiente, más demoledor, más malvado. Si alguien quiere formarse brevemente una idea de cómo, antes de mí, todo se hallaba cabeza abajo, empiece por este escrito. Lo que en el título se denomina ídolo es sencillamente lo que hasta ahora fue llamado verdad. Crepúsculo de los ídolos, dicho claramente: la vieja verdad se acerca a su final.

 

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Aclaratoria de algunos conceptos:

-¿Se me ha entendido? No he dicho aquí ni una palabra que no hubiese dicho hace ya cinco años por boca de Zaratustra. El descubrimiento de la moral cristiana es un acontecimiento que no tiene igual, una verdadera catástrofe.

-Todo lo que hasta ahora se llamó «verdad» ha sido reconocido como la forma más nociva, más pérfida, más subterránea de la mentira; el sagrado pretexto de “mejorar” a la humanidad, reconocido como el ardid para chupar la sangre a la vida misma, para volverla anémica. Moral como vampirismo.

 

 -Quien descubre la moral ha descubierto también el no-valor de todos los valores en que se cree o se ha creído; no ve ya algo venerable en los tipos de hombre más venerados e incluso proclamados santos, ve en ellos la más fatal especie de engendros, fatales porque han fascinado.

-¡El concepto “Dios”, inventado como concepto antitético de la vida en ese concepto, concentrado en horrorosa unidad todo lo nocivo, envenenador, difamador, ¡la entera hostilidad a muerte contra la vida!

-¡El concepto “más allá”, “mundo verdadero”, inventado para desvalorizar el único mundo que existe para no dejar a nuestra realidad terrenal ninguna meta, ninguna razón, ninguna tarea!

-¡El concepto “alma”, “espíritu”, y por fin incluso “alma inmortal”, fue inventado para despreciar el cuerpo, para hacerlo enfermar —hacerlo “santo”—, para contraponer una ligereza horripilante a todas las cosas que merecen seriedad en la vida, a las cuestiones de alimentación, vivienda, dieta espiritual, tratamiento de los enfermos, limpieza, clima!

-¡En lugar de la salud, la “salvación del alma” es decir, una folie circulaire (locura circular) entre convulsiones de penitencia e histerias de redención!

- ¡El concepto “pecado” fue inventado, juntamente con el correspondiente instrumento de tortura!

- El concepto “voluntad libre”, para extraviar los instintos, ¡para convertir en una segunda naturaleza    la    desconfianza    frente    a    ellos!

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Conclusión:

¿Se me ha comprendido? —Dioniso contra el Crucificado.

 

 

miércoles, 4 de noviembre de 2020

CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

 


CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA (1981)

García Márquez empieza por el final de la tragedia y luego desarrolla la trama a través de una crónica en la que se combinan magistralmente el periodismo, la historia y la literatura. Además de la reseña del asesinato se plantea un dilema ético con respecto a los animales.

Edgardo Rafael Malaspina Guerra

1

Por un delito de honor los gemelos Vicario matan a Santiago Nasar. Anuncian a los cuatro vientos que asesinarán al joven, pero nadie los detiene : “Hicieron mucho más de lo que era imaginable para que alguien les impidiera matarlo, y no lo consiguieron”. Los habitantes del pueblo quieren advertir a Santiago sobre el peligro que corre su vida, pero no lo encuentran a pesar de que se moviliza entre ellos: “La fatalidad nos hace invisibles”. García Márquez empieza por el final de la tragedia y luego desarrolla la trama a través de una crónica en la que se combinan magistralmente el periodismo, la historia y la literatura.

2

Un tabú sexual provoca los infaustos acontecimientos . El juez instructor no encontraba que Santiago Nasar fuera culpable de ofender la dignidad de la familia de los Vicario. Por eso escribió una nota marginal en el folio: “ Dadme un prejuicio y moveré el mundo”.

3

El juez de la causa era un hombre culto “abrasado por la fiebre de la literatura”.  Había leído a los clásicos españoles, y algunos latinos, y “conocía muy bien a Nietzsche, que era el autor de moda entre los magistrados de su tiempo. Las notas marginales, y no sólo por el color de la tinta, parecían escritas con sangre. Estaba tan perplejo con el enigma que le había tocado en suerte, que muchas veces incurrió en distracciones líricas contrarias al rigor de su ciencia. Sobre todo, nunca le pareció legítimo que la vida se sirviera de tantas casualidades prohibidas a la literatura, para que se cumpliera sin tropiezos una muerte tan anunciada”.

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 La obra tiene la impronta del reportaje por cuanto los hechos sucedieron tal como son relatados bajo un prisma novelesco , incluso Gabriel García Márquez, como narrador, coloca como personajes a su propia madre (Luisa Santiaga) y a su esposa (Mercedes Barcha); no obstante, hay elementos del realismo mágico con la mención de figuras presentes en otras obras del autor como el coronel Aureliano Buendía y su mejor amigo, Gerineldo Márquez.

5

En la novela se plantea un dilema ético : ¿Puede convertirse en un criminal el que tiene como oficio el sacrificio de animales para el consumo de su carne? Los gemelos asesinos eran profesionales matadores de animales para la venta. El narrador le preguntó a los carniceros  “si el oficio de matarife no revelaba un alma predispuesta para matar un ser humano”. Ellos contestaron que “cuando uno sacrifica una res no se atreve a mirarle los ojos”. Uno de ellos dijo que no podía comer la carne del animal que degollaba. Otro dijo que no sería capaz de sacrificar una vaca que hubiera conocido antes, y menos si había tomado su leche.

domingo, 1 de noviembre de 2020

AURORA

 


 

 

AURORA: REFLEXIONES SOBRE LOS PREJUICIOS MORALES. (1881)

 

Edgardo Rafael Malaspina Guerra

“Un libro como este no se ha escrito para ser leído de prisa, de un tirón, ni en alta voz. Hay que abrirlo muchas veces, sobre todo mientras paseamos o viajamos. Es necesario poder sumergirse en él, mirar luego a otra parte y no encontrar a nuestro alrededor nada de lo que nos es habitual”.

1

“Aurora. Reflexiones morales” fue publicado por Nietzsche en 1881. Primero llamó su obra “Sombra de Venecia” , pero un verso del Rig Veda lo hizo cambiar de opinión. En cinco capítulos y 575 aforismos habla de las costumbres, la moral, los preceptos morales, las virtudes y su origen, la fe, la historia universal, la crueldad, el conocimiento, la genialidad y la locura, la belleza, los animales, el matrimonio, el pecado, la evolución del hombre, el espíritu definido como todo lo que nos une a la naturaleza, el origen de las religiones (Arremete el largos párrafos contra el cristianismo), la música, la cosa en sí kantiana, la compasión (la ataca despiadadamente; no obstante, tuvo compasión con un caballo cuando finalizaban sus días de lucidez, y sus amigos y familiares le tuvieron gran compasión cuando enfermó.), las razas, el amor, la fisiología del sueño, las comidas, el suicidio, y cualquier otro tema filosófico o simplemente de la vida cotidiana.

2

“¡Hay tantas auroras que aún no han despuntado!”. (Rig Veda).

3

“Aurora marca un hito entre un mundo antiguo y un mundo nuevo”.(Lou Andreas-Salomé.)

4

 “La crítica de Nietzsche a la moral se centra en un remontarse a las fuentes, método llamado genealógico que, según Jean Beaufret, fue el más constantemente empleado por Nietzsche. Es de añadir que esta genealogía no implica solamente una historia —aun cuando pueda, y aún deba, suponer una historia—, sino, sobre todo, un bucear en el ser del hombre como individuo histórico”. ( Enrique López Castellón).

5

Las cuatro virtudes cardinales nos exigen: que seamos leales con nosotros mismos y con los que siguen siendo amigos nuestros; valientes frente al enemigo; generosos con el vencido; corteses en todo momento

6

-El cristianismo convirtió las desgracias en pecados.

-Dios creó al hombre. El hombre creó el pecado, entonces Dios es el abuelo del pecado.

-Dios no es claro ni preciso en su revelaciones.

-Cada uno puede cumplir el papel de Dios como confesor.

7

Este libro es obra de un hombre subterráneo, de un hombre que taladra, que socava y que roe.

8

Un libro y un problema como estos no tienen prisa; además, tanto mi libro como yo somos amigos de la lentitud. No en vano he sido filólogo, y tal vez lo siga siendo. La palabra “filólogo” designa a quien domina tanto el arte de leer con lentitud que acaba escribiendo también con lentitud

9

Leer bien, es decir, despacio, profundizando, movidos por intenciones profundas, con los sentidos bien abiertos, con unos ojos y unos dedos delicados. Pacientes amigos míos, este libro no aspira a otra cosa que a tener lectores y filólogos perfectos. ¡Aprended, pues, a leerme bien!

10

El dolor tiene algo de humillante.

11

Unos gobiernan por el placer de gobernar; otros, para no ser gobernados.

12

Los mendigos molestan cuando no les das limosnas, y también cuando les das.

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Historia:

- Facta! ¡Si facta, ficta! El historiador no tiene que considerar los acontecimientos tal como se han producido, sino como él cree que sucedieron, pues así es como ejercen un efecto. Lo mismo ocurre con los presuntos héroes. Lo que llamamos historia universal no es más que la exposición de opiniones presuntas sobre hechos también presuntos, que, a su vez, han generado opiniones y hechos cuya realidad se esfuma de inmediato, no obrando más que como un vapor. Es un constante producir fantasmas entre las espesas nubes de una realidad impenetrable. Todos los historiadores cuentan cosas que no han sucedido más que en su imaginación.

14

Las cosas más simples son las más complicadas, por mucho que ello nos asombre.

15

 La moral no es otra cosa que la obediencia a las costumbres, cualesquiera que sean, y estas no son más que la forma tradicional de comportarse y de valorar.

16

Locura:

-Casi siempre ha sido la locura la que ha abierto el camino a las nuevas ideas, la que ha roto la barrera de una costumbre o de una superstición venerada.

17

 

El pensador precisa imaginación, arrebato, abstracción, espiritualidad, inventiva, presentimiento, inducción, dialéctica, deducción, crítica, división del material, pensamiento impersonal, contemplación y síntesis.

18

Medicina:

La enfermedad más grave que padecen los seres humanos tiene su origen en la lucha contra las enfermedades: a largo plazo, los presuntos remedios ocasionan consecuencias peores que las que trataban de evitar. Por ignorancia se han considerado como remedios narcóticos y anestésicos de acción rápida, a los que se ha llamado calmantes, sin caer en la cuenta de que no tenían un carácter puramente curativo. No se ha considerado que este alivio pasajero produce a veces una profunda y generalizada alteración de la salud; que el enfermo padece los efectos de la embriaguez; luego, los de la ausencia de esta, y, por último, una sensación de ansiedad y opresión, temblores nerviosos y malestar general.

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Es peligroso fijar los conocimientos por debajo de los sentimientos.

20

“No quiero ser esclavo de un apetito”, escribió Byron en su diario.

21

Quien sufre mucho y se siente, en cierta medida, prisionero de su dolor, mira hacia afuera con extrema frialdad.

22

Vivir es inventar.

23

La vida en estado de vigilia no posee la misma libertad de interpretación que la vida del ensueño, pero menos poética.

24

 

Confundimos las cosas al llamar compasión al dolor que nos causa el espectáculo de la miseria ajena, que puede ser de muchas clases, pues semejante dolor no lo sufre quien nos lo produce; nos pertenece, como a él le pertenece su miseria.

25

Observar y tomar como si fueran nuestros los acontecimientos de la vida de los demás, reivindicando una filosofía de la compasión, nos arruinaría en poco tiempo.

26

El duelo es la única forma honrosa de suicidio que nos queda. La pena es que constituye un medio poco directo y no siempre seguro.

27

 Por lo general no hay nada más eficaz contra el amor que el viejo y radical remedio de corresponder a ese amor.

28

El arte es autoengaño voluntario.

29

El individuo de hábitos aristocráticos, sea hombre o mujer, no se entrega al abandono, recostándose, por ejemplo, en los cojines del vagón, cuando viaja en tren, ni da muestras de cansancio por estar de pie horas enteras en la corte; decora y dispone su casa, no guiándose por la comodidad, sino para que produzca la impresión de que se trata de algo amplio e imponente, de una morada apta para alojar a seres más grandes y más longevos que el común de los mortales.

30

El filósofo antiguo decía: Nihil admiran (“No hay que admirar nada”). Esta frase encierra toda una filosofía. Un alemán, Schopenhauer, llega a afirmar lo contrario: Admiran est philosophari (“Filosofar es admirar”).

31

A los que sueñan con la inmortalidad:  Bastaría que hubiera un solo hombre que fuese inmortal para provocar en todo lo que le rodease tal repugnancia, que generaría una verdadera epidemia de suicidios.

32

En cuanto hay un hombre desgraciado, acuden a él las personas compasivas a lamentar su desgracia. Cuando al final se van satisfechas y edificadas, se han repuesto del espanto del desdichado y de su propio espanto, amén de haber pasado una buena velada.

33

El miedoso no sabe lo que es estar solo. Detrás de su silla, tiene siempre a un enemigo.

34

 El demonio que tortura a los hombres no es el deseo ni la necesidad, sino el amor al poder.

35

Se piensa mejor las cosas desde perspectivas lejanas.

36

El amor nos inclina íntimamente a ver en el prójimo hermosas cualidades y a elevarle todo lo posible.

37

 La costumbre de ser hospitalario ha de ser explicada como un intento de neutralizar la hostilidad del extraño.

38

El individuo caritativo satisface una necesidad anímica al hacer el bien. Cuanto mayor sea esta necesidad, menos se pone en el lugar de aquel a quien ayuda y que le sirve para satisfacer dicha necesidad.

39

 Hay individuos que no empiezan a odiar hasta que no se sienten débiles y cansados.

40

La expresión “no conoce a los hombres” quiere decir “no conoce la bajeza”.

41

 La forma más eficaz de consolarse para aquel que lo necesita es afirmar que su desgracia no tiene consuelo alguno. Estas palabras le distinguen de tal modo, que inmediatamente yergue la cabeza.

42

Sea cual sea la forma en que participemos de las penas de un desgraciado, ante él siempre representamos una comedia: no decimos todo lo que pensamos ni como lo pensamos, a la manera de un médico que se muestra sumamente discreto a la cabecera de un enfermo que está a punto de morir.

43

Hacer las cosas más malolientes, esas cosas de las que ni siquiera nos atrevemos a hablar, pero que son útiles y necesarias, constituye también un heroísmo. Los griegos no se avergonzaron de incluir, entre los trabajos de Hércules, la limpieza de un establo.

44

 Donde soy padre, allí está mi patria.

45

Todas las grandes pasiones de la humanidad han sido hasta hoy pasiones por nada.

46

 Vuelvo a la soledad, para no beber en las cisternas en las que bebe todo el mundo. En medio de la multitud vivo como la mayoría y no pienso como yo pienso. Al cabo de cierto tiempo tengo la impresión de que quieren desterrarme de mí mismo y arrebatarme el alma, y empiezo a odiar y a temer a todo el mundo. Entonces necesito el desierto para volver a ser bueno.

47

El malo lo es todavía más en soledad, y el mejor —vaya esto por aquellos que van buscando el espectáculo en todas partes— lo es también con mayor perfección cuando está solo.

48

Desde el momento en que quieras hacer algo, has de cerrar las puertas a la duda.

49

 Quien no comprenda el júbilo constante que palpita en cada proposición y en cada respuesta de los diálogos platónicos, el júbilo que produce cada nuevo descubrimiento del pensamiento racional, ¿qué idea tendrá de Platón y de la filosofía antigua?

50

Los cuatro hombres más sedientos de acción de todos los tiempos fueron epilépticos (me refiero a Alejandro, César, Mahoma y Napoleón). También lo fue Byron que padecía la misma enfermedad.

51

Dejad que el mundo vea vuestros pecados y ocultad vuestras virtudes. (Buda).

52

 ¿Qué medicina es la más eficaz? La victoria.

53

 Cuanto más nos elevemos, más pequeños pareceremos a los que no saben volar.

54

¿Queremos atravesar el mar? ¿Adónde nos arrastra esta pasión poderosa, que supera a toda otra pasión? ¿A qué viene ese vuelo desesperado hacia el punto donde hasta ahora todos los soles han declinado y se han extinguido? Puede que un día se diga de nosotros que echamos a navegar hacia el oeste esperando llegar a unas Indias desconocidas, pero que nuestro destino era naufragar en el infinito. O tal vez se diga más bien, hermanos míos, que…