jueves, 22 de noviembre de 2018

EMILIO, EL BUQUINISTA DE SAN JUAN DE LOS MORROS.


EMILIO, EL BUQUINISTA DE SAN JUAN DE LOS MORROS
Edgardo Malaspina
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En París o en Moscú un buquinista es un vendedor de libros viejos. San Juan de los Morros tiene también su buquinista: Emilio, el de la avenida Bolívar,  siempre rodeado de libros, siempre leyendo un libro.
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“Cuando veo un libro, me alegro como un niño con un juguete nuevo”, dice Emilio.
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Emilio ha sido obrero, orfebre, músico, alpinista, deportista y muchas otras cosas más; pero por sobre todo es lector, pasión que le viene desde su infancia porque sus padres tenían una biblioteca en la casa. “No puedo vivir sin leer. Los libros para mí son una locura.”, afirma.
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Emilio una vez recorrió  todo el país impulsado por las mismas angustias existenciales que inspiraron a Jack Kerouac, aunque  leyó “En el  camino” luego de realizar su aventura de andariego infatigable.
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Emilio ha “heredado” muchos libros para que continúen con el ciclo de pasar de mano en mano, y cuya otra opción era el vertedero. Emilio, entonces, cumple a cabalidad con una especie de  imperativo categórico kantiano formulado por Augusto Monterroso: “No tires los libros a la basura porque eso no es digno de la persona ni de los libros ni del basurero”.
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A Emilio los gendarmes municipales le solicitaron retirarse de su lugar habitual de trabajo a otro lado con sus libros, “porque afean la ciudad”. Ya el pastor Daniel Scott, en su excelente artículo “Cultura en apuros”, hizo una vehemente y acertada defensa  de este pintoresco personaje con sólidos argumentos filosóficos y estéticos. Scott habló con propiedad sobre  la arquitectura espiritual o cultural de las ciudades.
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Interesante: los libros de Emilio afean la ciudad, pero la basura que nadie recoge, no.
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¿Quién dijo “cuando oigo la palabra cultura, echo mano a la pistola”?




lunes, 5 de noviembre de 2018

LA ENFERMEDAD


Libros y comentarios

LA ENFERMEDAD

Edgardo Malaspina
1

Con “La enfermedad”,de Alberto Barrera Tizka, hemos recordado a varios escritores que han abordado el tema médico: Moliere, Kafka, Hasek, Pasternak, García Márquez, Otero Silva, Díaz Rodríguez y muchos otros. Los más connotados en este peculiar subgénero de la literatura, en mi opinión, se encuentran en las letras rusas: Tostoy (La muerte de Iván Ilich), Chéjov (La sala número seis) y Bulgakov (Notas de un médico novel).
2
 Barrera Tyszka, que de alguna manera se había acercado al tema en su poesía ( La sesión del martes, Abril en Lima, y Balada –en un pasillo de un hospital-), con pinceladas frescas y magistrales nos recuerda la fragilidad de la existencia y nos invita a reflexiones que van más allá de lo puramente médico y filosófico(para Aristóteles los dos términos eran uno solo en muchas circunstancias).
3
¿Hay que decirle toda la verdad al paciente?  Se afirma que el cirujano Pirogov al saber que padecía cáncer decayó anímicamente y se preparó para morir pronto; pero  vivió más tiempo porque lo convencieron sus colegas de que ese no era el diagnóstico (pero era cáncer).
4
 Con  La Enfermedad, por ejemplo, podemos hablar de etiopatología , historia de la medicina y ética. En la novela el Dr. Miranda se enfrenta a un dilema: decirle el diagnóstico fatal a su padre o callar. Además, el paciente Ernesto Durán, enfermo imaginario, piensa que  sólo Miranda puede curarlo.