sábado, 22 de diciembre de 2018

CIEN AÑOS DE SOLEDAD EN RUSO



CIEN AÑOS DE SOLEDAD EN RUSO
Edgardo Malaspina      
1
Cien años de soledad fue publicada en 1967, obtuvo su primer reconocimiento internacional en 1972 en Venezuela (Premio Rómulo Gallegos), ha sido traducida a casi todos los idiomas existentes, y desde su propia aparición entra en el pensum de escuelas, liceos y universidades en la asignatura de castellano y literatura.
2
En 1971 fue traducida al ruso, de manera ilegal y con recortes realizados por la censura soviética: la mayoría de las escenas sexuales fueron eliminadas. García Márquez en varias entrevistas reaccionó duramente contra la dirigencia comunista de la URSS por la mutilación de su novela; y en general desde que publicó su libro “De viaje por los países socialistas” fue muy crítico del socialismo real ruso, no obstante siempre fue muy comprensivo con el cubano.
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En 1986, con los primeros pasos de la perestroika, se publicó Cien años de soledad en una edición donde también se incluía El coronel no tiene quien le escriba. En un Beriozka le compré a mi esposa un ejemplar, el cual leyó muy rápidamente. Cuando vivíamos en Moscú siempre hacía comentarios sobre Cien años de Soledad, pero cuando nos residenciamos en Venezuela prefería hablar de El coronel no tiene quien le escriba. Entonces me decía luego de salir a buscar trabajo y regresar con las manos vacías: “и что, полковнику никто не пишет”.
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Cuando inicié mi práctica profesional tenía el consultorio en mi casa de habitación  y eran normales las emergencias nocturnas.
Una vez en la madrugada tocaron la puerta con insistencia. Al abrirla,  ante mí estaban una señora  y un muchacho, alto, delgado y que no llegaba a los veinte años de edad.
-Mi hijo está botando algo por la cola- me dijo la señora.
No puse mayor atención al término porque lo asocié a una forma popular del lenguaje para indicar trasero, ano o  culo. 
Pensé en una rectorragia, pensé también en hemorroides y en una diarrea por amibiasis.
No obstante, la propia señora me sacó de dudas al  desnudar  a su hijo y mostrarme  que efectivamente se trataba de una cola o rabo, parecido al pigóstilo de las aves, que son   las vértebras caudales fusionadas en una sola osificación, que sostiene las plumas y la musculatura de la cola. Se han descrito hasta 100 casos en la literatura médica universal.
Entonces recordamos que García Márquez se refiere a un caso  de una persona con cola en Cien años de soledad. Buscamos el parágrafo:
“Una tía de Úrsula, casada con un tío de José Arcadio Buendía, tuvo un hijo que pasó toda la vida con unos pantalones englobados y flojos y que murió desangrado después de haber vivido cuarenta y dos años en el más puro estado de virginidad, porque nació y creció con una cola cartilaginosa en forma de tirabuzón y con una escobilla de pelos en la punta. Una cola de cerdo que no se dejó ver nunca de ninguna mujer, y que le costó la vida cuando un carnicero amigo le hizo el favor de cortársela  con una hachuela de destazar”.
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Desde el 2011 los libros del Gabo son publicados en Rusia de acuerdo a todo lo reglamentado por la ley y sin recortes, pero surgió un nuevo problema: Cien años de soledad es criticada por la iglesia ortodoxa rusa que considera “que en esa novela  se idealizan las pasiones depravadas que hacen infeliz a la gente. La popularización de ese libro en la escuela no contribuyen a la salud moral del pueblo, de la que depende el futuro de la sociedad”.
Sin embargo, en el 2012 Gabriel García Márquez fue homenajeado en Rusia: el gobierno ruso lo condecoró con la Orden de Honor, un vagón del Metro de Moscú fue decorado con pinturas alusivas a sus obras  y las tarjetas o tiques de transporte de la línea filevskaia les colocaron un diseño para recordar al gran escritor colombiano.











sábado, 15 de diciembre de 2018

EL ANATOMISTA


EL ANATOMISTA
Edgardo Malaspina
1
El Anatomista es la vida novelada de Mateo Realdo Colombo (1516-1559), médico italiano y profesor de la Universidad de Padua, alumno de Vesalio, padre de la moderna anatomía. Hizo muchos aportes a la medicina y publicó el libro “De re anatómica”, donde habla de unos de sus descubrimientos: el clítoris, el cual denomina “amor veneris”. Precisamente la novela de Federico Andahazi trata el tema del órgano del placer de Venus.
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Mateo Colombo (Colón), se enamora locamente  de Mona Sofía, una prostituta muy joven de incomparable belleza. Sus sentimientos no son correspondidos y el anatomista del Renacimiento empieza a buscar una receta que haga cambiar de parecer  su amada.
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Una hierba,  una pócima u otro remedio pueden lograr que una mujer se enamore, piensa. Examinando a Inés Torremolinos descubre el clítoris. Este descubrimiento se le hizo relativamente fácil por estar ese órgano hipertrofiado en esa paciente. Realiza investigaciones anatómicas en cadáveres, y en prostitutas precisa la función del nuevo órgano. Piensa que allí radica el amor en las mujeres.
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Cuando hace público sus hallazgos  la Iglesia inicia un proceso en su contra y ya se ve en la hoguera. Pero la Inquisición le perdona la vida con la prohibición de no hablar más de su descubrimiento.
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 Regresa al prostíbulo de Mona Sofía para aplicarle su nueva técnica de enamoramiento; pero Sofía está completamente deformada por una sífilis avanzada.
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En la novela se relatan muchos sucesos de la Historia de la Medicina, se comentan teorías como el nervismo, la del acto reflejo y algunas tesis a las cuales mucho más tarde se refirió Freud. Se habla, además, de Hipócrates, Paracelso, Avicena, Vesalio y muchos otros grandes del pensamiento médico.
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El autor compara el descubrimiento de Mateo Colón con el de Cristóbal Colón, su primo.

lunes, 3 de diciembre de 2018

BECERRERO


PALABRAS PARA EL LIBRO  “BECERRERO” DE SALVADOR LARA
1
Casi toda la producción poética de Salvador Lara gira en torno a nuestro llano. “Cuentos del monte” es una obra magistral que lo eleva a la cúspide de nuestros creadores guariqueños  que más y mejor han cultivado la prosa lírica con marcado acento telúrico.
Esta vez el bardo de Tucupido rinde tributo a una de las faenas del llano más celebrada y romántica. Se trata del noble y muy necesario oficio del becerrero.
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Bolet Peraza dice que el monte gigante, con su altiva cumbre al cielo, inspira  ideas de dignificación  si quien lo mira sabe ascender  con él  en espíritu. Eso es lo que precisamente ha hecho Salvador Lara: contemplar su  llano, nuestro llano, a través del prisma del recuerdo y la nostalgia para elevarse hasta los predios de la poesía, la cual es de todas las formas escriturales la más sublime.
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 ¿Quién de nosotros no ha participado, de alguna manera, en las bregas diarias de nuestros campos? Con este poemario de Salvador Lara volveremos sobre nuestros pasos porque el llano ha estado y estará siempre en nuestros corazones.
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 La gente se trasladó del llano para fundar pueblos. Pero se trajo las sabanas con todas sus costumbres y labores. Es por eso que en nuestras poblaciones hay una calle “El ganado”. Allí, en una esquina del mapa citadino estaban los corrales, el ganado pastando o reposando con la caída de las sombras y los cantos de los ordeñadores en las madrugas entre mugidos.
Más de una vez me correspondió, allá en Las Mercedes del Llano, transitar entre bostas para hacer el mandado mañanero de comprar la leche recién ordeñada en la calle El Ganado, un pedacito del llano infinito.
5
Víctor Manuel Ovalles en su famoso libro  “El llanero” afirma que el hombre de nuestros montes ha tenido que luchar con una naturaleza imponente y agreste en un territorio de hermosos y dilatados  horizontes, pero siempre expuesto a muchos peligros. “Por ello la poesía, que inspira la solitaria pampa a su habitador, refleja antes que todo el valor, la destreza, la agilidad y la astucia del hijo de las llanuras”.
Salvador Lara ha sabido interpretar cabalmente esa interacción dialéctica del llanero con su tierra y la ha plasmado en bellos trazos en un becerrero cumpliendo sus tareas consuetudinarias entre establos, aperos y canturreos.
Edgardo Malaspina


jueves, 22 de noviembre de 2018

EMILIO, EL BUQUINISTA DE SAN JUAN DE LOS MORROS.


EMILIO, EL BUQUINISTA DE SAN JUAN DE LOS MORROS
Edgardo Malaspina
1
En París o en Moscú un buquinista es un vendedor de libros viejos. San Juan de los Morros tiene también su buquinista: Emilio, el de la avenida Bolívar,  siempre rodeado de libros, siempre leyendo un libro.
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“Cuando veo un libro, me alegro como un niño con un juguete nuevo”, dice Emilio.
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Emilio ha sido obrero, orfebre, músico, alpinista, deportista y muchas otras cosas más; pero por sobre todo es lector, pasión que le viene desde su infancia porque sus padres tenían una biblioteca en la casa. “No puedo vivir sin leer. Los libros para mí son una locura.”, afirma.
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Emilio una vez recorrió  todo el país impulsado por las mismas angustias existenciales que inspiraron a Jack Kerouac, aunque  leyó “En el  camino” luego de realizar su aventura de andariego infatigable.
5
Emilio ha “heredado” muchos libros para que continúen con el ciclo de pasar de mano en mano, y cuya otra opción era el vertedero. Emilio, entonces, cumple a cabalidad con una especie de  imperativo categórico kantiano formulado por Augusto Monterroso: “No tires los libros a la basura porque eso no es digno de la persona ni de los libros ni del basurero”.
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A Emilio los gendarmes municipales le solicitaron retirarse de su lugar habitual de trabajo a otro lado con sus libros, “porque afean la ciudad”. Ya el pastor Daniel Scott, en su excelente artículo “Cultura en apuros”, hizo una vehemente y acertada defensa  de este pintoresco personaje con sólidos argumentos filosóficos y estéticos. Scott habló con propiedad sobre  la arquitectura espiritual o cultural de las ciudades.
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Interesante: los libros de Emilio afean la ciudad, pero la basura que nadie recoge, no.
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¿Quién dijo “cuando oigo la palabra cultura, echo mano a la pistola”?




lunes, 5 de noviembre de 2018

LA ENFERMEDAD


Libros y comentarios

LA ENFERMEDAD

Edgardo Malaspina
1

Con “La enfermedad”,de Alberto Barrera Tizka, hemos recordado a varios escritores que han abordado el tema médico: Moliere, Kafka, Hasek, Pasternak, García Márquez, Otero Silva, Díaz Rodríguez y muchos otros. Los más connotados en este peculiar subgénero de la literatura, en mi opinión, se encuentran en las letras rusas: Tostoy (La muerte de Iván Ilich), Chéjov (La sala número seis) y Bulgakov (Notas de un médico novel).
2
 Barrera Tyszka, que de alguna manera se había acercado al tema en su poesía ( La sesión del martes, Abril en Lima, y Balada –en un pasillo de un hospital-), con pinceladas frescas y magistrales nos recuerda la fragilidad de la existencia y nos invita a reflexiones que van más allá de lo puramente médico y filosófico(para Aristóteles los dos términos eran uno solo en muchas circunstancias).
3
¿Hay que decirle toda la verdad al paciente?  Se afirma que el cirujano Pirogov al saber que padecía cáncer decayó anímicamente y se preparó para morir pronto; pero  vivió más tiempo porque lo convencieron sus colegas de que ese no era el diagnóstico (pero era cáncer).
4
 Con  La Enfermedad, por ejemplo, podemos hablar de etiopatología , historia de la medicina y ética. En la novela el Dr. Miranda se enfrenta a un dilema: decirle el diagnóstico fatal a su padre o callar. Además, el paciente Ernesto Durán, enfermo imaginario, piensa que  sólo Miranda puede curarlo.


viernes, 26 de octubre de 2018

EL DESTINO DE UN HOMBRE


SOBRE LA NOVELA “EL DESTINO DE UN HOMBRE” DE MIJAIL SHÓLOJOV
Edgardo Malaspina
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En muchas novelas las pasiones humanas tienen como trasfondo el escenario de la guerra: La guerra y la paz de León Tolstoi, Lo que el viento se llevó de Margaret Mitchell, El doctor Zhivago de Pasternak, Tinieblas y Amanecer de Alexis Tolstoi, Por quién doblan las Campanas de Hemingway, etc.
2
El ruso Mijaíl Shólojov (1905-1984) escribió también sobre ese mismo tema: Ellos lucharon por la patria, La ciencia del odio y El Destino de un hombre. La lectura de El destino de un hombre conmociona, estableciéndose lazos de empatía con el personaje principal de la obra; y es que la tragedia humana es una sola.
3
Durante la Segunda Guerra Mundial, el héroe del relato es llamado al frente. Deja una esposa, un hijo y dos hijas. La esposa le dice antes de partir: “Nunca más volveremos a vernos”.
El héroe cuenta a un amigo lo que le pasó:
-Pregúntale a cualquier hombre de edad si se ha apercibido de cómo fue su vida, y te dirá que no se ha dado cuenta de nada. El pasado es igual que una estepa lejana, envuelta en niebla.
4
Nuestro personaje cae prisionero. Lucha y al fin logra escaparse; pero se encuentra con una triste realidad: su casa fue bombardeada y mueren su esposa y sus dos hijas. Tiene un rayo de esperanza con el hijo que se ha salvado milagrosamente. El muchacho pelea en los campos de batalla, es un militar exitoso y se convierte en su orgullo. El último día de la guerra el muchacho cae ante el fuego enemigo. El hombre desconsolado encuentra a un niño huérfano, cuyos padres mueren en la guerra, y le dice: “yo soy tu padre”, y filosofa:
-Pasaremos juntos las penas.
5
Este relato de Shólojov, Premio Nobel de Literatura (1965), es considerado uno de los más tiernos y conmovedores que se ha escrito sobre el destino de la gente que luchó en la Segunda Guerra Mundial.