viernes, 27 de marzo de 2020

EL PROCESO, LA NOVELA EXISTENCIALISTA DE KAFKA


EL PROCESO, LA NOVELA EXISTENCIALISTA DE KAFKA


Edgardo Rafael Malaspina Guerra

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El proceso, de Frankz Kafka, escrito en 1914 y publicado 1925, es una obra que profetiza lo que será la vida del hombre sometida a fuerzas sociales superiores a su capacidad para entenderlas y poder luchar contra ellas. Porque la superioridad de estas fuerzas radica en la magnitud de su malignidad proteica que la hace impredecible.
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El personaje principal de la novela, Josef K, es arrestado, seguramente por una calumnia "sin haber hecho nada mal". De allí en adelante la escritura tendrá una estructura escarpada, vertiginosa y absurda como la de las pesadillas , y que ha dado origen al abjetivo "kafkiano": nadie sabe nada del proceso judicial, ni los jueces ni los guardias que lo apresan. Esto últimos sólo cumplen ordenes.
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Por todos lados hay espías, soplones, testigos. Los tres guardianes que acompañan a K son también sus compañeros de trabajo. Son muy mal pagados, pero muy obedientes. El proceso es toda una humillación extemporánea : transcurre los domingos, precisamente cuando no hay despacho judicial, en una edificación parecida más a un hospital que a un tribunal (¿Justicia enferma?). Se cita al reo, pero no se sabe si se instruye la causa. Todos visten de negro, ta vez porque la justicia está muerta o de luto. Los vigilantes roban a los acusados.
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Durante el juicio, Josef K trata de defenderse aunque no sabe de qué ni contra quién, y afirma que "no quiere alcanzar ningún triunfo retórico". En la sala del juicio, ubicada en una casa de familia, no se ve la salida porque la neblina la oculta.
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El juez de la causa habla y consulta con mucha atención y solemnidad sus libros de leyes. Luego K revisa los libros: viejos, rotos y sucios. En la portada del primer libro están un hombre y un mujer desnudos ( ¿Justicia prostituida?) . Otro libro es una novela, y K piensa: "Los hombres que leen estos libros son los que van a juzgar".
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Josef K trata de salir del tribunal entre los ujieres mal vestidos que dicen que los acusados "son muy sensibles", pero teme perderse porque hay muchos pasadizos . K quiere saber la fecha del próximo interrogatorio, pero no obtiene clara respuesta. K se siente mareado.
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El tío de K, Albert, está muy preocupado porque sabe que el proceso será largo y extensivo hasta los familiares. Sabe, además que proceso incoado, es proceso perdido. El tío propone a K esconderse en el campo, pero K razona: "Si huyo, soy culpable.
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No se respeta la presunción de la inocencia, pero se supone que el castigo es justo como inevitable. Los abogados defensores no tienen acceso al expediente. No existe el concepto de cosa juzgada ni la noción del debido proceso. El derecho y el absurdo proceso judicial están en constante contradicción. El acusado no esta preso, sólo está resguardado. No hay orden de arresto, pero igual hay persecución. La defensa no es permitida por la ley, pero si tolerada. Porque los defensores no son necesarios en un juicio secreto. Lo de K no es un arresto , sino un allanamiento de morada.
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Un solo verdugo puede sustituir a todo un tribunal.
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Un pintor de jueces, conocedor de los procesos le explica a K cómo puede terminar el suyo: primero puede ser absuelto con un posterior arresto que termina nuevamente en absolución y arresto. La segunda variante es una absolución aparente; y, la tercera es el aplazamiento en el cual el proceso se encuentra siempre en la primera fase. En todos los casos el proceso será siempre una incertidumbre.
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Al final en El proceso kafkiano no hay una sentencia, pero igual Josef K es ejecutado a cuchillo por dos gendarmes.
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Algunos recomiendan la lectura de El proceso a los abogados. Yo se lo recomiendo a los políticos y a mis colegas médicos, sobre todo a los psiquiatras.

viernes, 20 de marzo de 2020

LA PESTE


LA PESTE: LA NOVELA EXISTENCIALISTA DE CAMUS
(Esta obra, entre otros puntos tratados, muestra el comportamiento del hombre ante una tragedia como una epidemia mortal)
Edgardo Rafael Malaspina Guerra.
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Albert Camus (1913-1960) publicó La Peste en 1947, novela que es considerada muy relevante desde el punto de vista de la medicina, la filosofía existencialista y la política.
2
La peste azota la ciudad argelina de Orán. La enfermedad es atacada con recursos médicos, pero es muy importante la solidaridad humana para vencer el mal. La solidaridad está por encima de las religiones y las ideologías. La vida es absurda y sólo puede percibirse en toda su amplitud a través de los momentos de angustia. Si no sufres no entenderás la vida.
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En Orán parecen ratas muertas y los médicos sospechan el mal. Rieux es el médico de la ciudad y se enfrenta a la enfermedad sin ningún temor y sin descanso. Sólo la unión de todos los esfuerzos humanos puede combatir el destino signado por lo absurdo. “En el hombre hay más cosas dignas de admiración que de desprecio”.
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Algunos interpretan la novela como una crítica a los gobiernos autoritarios, los cuales son como una enfermedad que limita las libertades del hombre. Y es que ciertos políticos creen que la revolución está por encima de todo, sin importar los sufrimientos que implican defenderla, a pesar de que se sabe que nunca se llega hasta el objetivo que persiguen. Es sólo un espejismo. En una epidemia se limitan las libertades para evitar la difusión del mal. Los gobiernos autoritarios hacen lo mismo, pero la enfermedad está en ellos. Las dictaduras, desde el punto de vista de Camus, son una peste.
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Durante la epidemia de peste la conducta del hombre se manifiesta de todas las maneras: hay voluntarios que quieren ayudar a los enfermos, pero también hay acaparadores , especuladores y saqueadores que pretenden enriquecerse a costa de la tragedia humana.
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Frases destacadas:
-Para no perder el tiempo hay que sentirlo en toda su lentitud.
-Las contrariedades íntimas pueden conllevar al suicidio.
-Las hipótesis en la ciencia como en la vida son siempre peligrosas.
-La cuarentena es el exilio, la prisión, la soledad, un secuestro.
-No hay amor que no pueda ser superado.
-No hay tragedia que no tenga su lado bueno.
-El bienestar público se hace con la felicidad de cada uno.
-En la desgracia hay abstracción e interioridad.
-A veces la piedad es inútil.
-Algunos no tenían la enfermedad, pero la llevaban en el corazón.
-La peste fue una oportunidad para la solidaridad y la adquisición de fortaleza espiritual.
-Los caminos crepusculares conducen a la liberación.
-El sol de la peste apaga todos los colores y hace huir todas las alegría.
-La santidad es un conjunto de costumbres.
-En el momento de la desdicha nos habituamos a la verdad; es decir, al silencio.
-La moral disminuye con la extensión de la peste.
-La peste hace abrir los ojos.
-El orden del mundo está regulado por la muerte.
-La miseria enseña muchas cosas. Es buen maestro.
-El mal proviene de la ignorancia.
-La honestidad está por encima del heroísmo.
-La prisión era una pena de muerte, porque la enfermedad se difundía rápidamente entre los encarcelados.
-La enfermedad origina sentimientos de solidaridad, pero también de soledad.
-La miseria es más fuerte que el miedo.
-El hábito de la desesperación es peor que la desesperación misma.
-Para nosotros no había más que instantes, y el amor exige porvenir.
-La peste suprimió la tabla de valores e hizo perder el egoísmo del amor.
-La misión del médico durante la peste era diagnosticar, no curar. No puede uno curar y saber al mismo tiempo.
-El médico estaba tan desamparado como el enfermo.
-El doctor Riu dice: Si creyera en un Dios todopoderoso dejaría de ejercer la medicina.
-Sólo se aprecia el amor cuando es un recuerdo.
-Hay un poco de la peste en cada uno de nosotros.
-La felicidad no es la ausencia del dolor. Sin dolor tampoco hay felicidad.
-El azar no tiene miramientos con nadie.
-Mentir cansa mucho.
-Si compartes la desgracia de los hombres no tendrás tiempo para la felicidad.
-El cansancio es una especie de locura.
-Es posible amar lo que no podemos comprender.
-La salud es más importante que la salvación del hombre (en sentido religioso).
-No hay que explicar la peste, sólo hay que aprender de ella.
-La indiferencia es criminal.
-La verdad brota de la aparente injusticia.
-El sufrimiento de un niño es humillante para la mente y el corazón.
-La muerte es la única verdad irreprochable.
-La pobreza enseña la resignación.
-Todos vivimos en la peste y todos la llevamos por dentro.
-Todas las desgracias de los hombres proviene de no hablar claro.
-La simpatía es el camino para llegar a la paz.
-Soy más solidario con los vencidos que con los santos.
-La esperanza impide a los hombres abandonarse a la muerte.
-El amor nunca es tan fuerte para encontrar su máxima expresión.
-El hombre gana de la peste el conocimiento y el recuerdo.
- No puede haber paz sin esperanza.
-El enemigo del hombre no es la peste, sino el hombre.
-...El bacilo de la peste no muere ni desaparece jamás. Puede permanecer durante decenios dormido en los muebles, en la ropa. Espera pacientemente en las alcobas, en las bodegas, en las maletas, los pañuelos y los papeles. Puede llegar un día en que la peste, para desgracia y enseñanza de los hombres, despierte a sus ratas y las mande a morir en una ciudad dichosa.

jueves, 12 de marzo de 2020

DECAMERÓN


BOCCACCIO Y EL DECAMERÓN. A PROPÓSITO DE LAS EPIDEMIAS.

Edgardo Rafael Malaspina Guerra
1
El gran humanista Giovanni Boccaccio (1313-1375), uno de los padres de la literatura italiana, inicia su obra inmortal "Decamerón" refiriéndose a la epidemia de peste que azotó en la Edad Media a la ciudad de Florencia. Esa tragedia enlaza los cien relatos del libro.
2
Las aguas del Arnes fueron testigos de la mortandad. Los médicos ordenaron limpiar la ciudad, prohibieron la entrada de gente proveniente de ciudades infectadas. Sin embargo, los enfermos morían, incluso a pesar de las oraciones. Cuando salían unas ampollas hinchadas como huevos en la ingle o en la tetilla izquierda, se diagnosticaba el mal. Las manchas negras en brazos y piernas significaban la muerte al tercer día de su aparición.
3
Se creía que la dolencia se transmitía al hablar con el enfermo, tocar su ropa o un objeto que hubiese estado en contacto con el desdichado. Unos cerdos rompieron la vestimenta de un enfermo y a las pocas horas murieron. El pestoso moría solo, sin ninguna ayuda, porque nadie quería visitarlo, lo que Boccaccio calificó de proceder bastante inhumano y cruel: uno abandonaba a su propio hermano enfermo; la mujer a su esposo; y lo más increíble cuando el padre y la madre huían de los hijos afectados.
4
Pocos hombres ofrecían cuidados al paciente por grandes cantidades de dinero para acompañarlos en su despedida final. Se vieron casos cuando enfermo y cuidador murieron juntos. Las mujeres contagiadas se sentían tan mal que perdían la vergüenza a la desnudez. La gente se desayunaba en sus casas y cenaba en el otro mundo. Los entierros se hacían con pocas oraciones para alejarse lo más rápido posible de la fosa.
5
Algunos pensaron que estarían a salvo si comían y bebían poco y apartándose de los amigos. El sexo se prohibía; en cambio se recomendaba oír música. Pero había otras opiniones: el mal se evitaba con vino abundante, manjares de todo tipo y mucho sexo. Alegrarse, reír y bailar también espantaba la peste, como consecuencia no se lloraba a los muertos y así se conservaba la salud. Para el mal olor proveniente de los cadáveres se ponían en la nariz hierbas aromáticas y flores. Los hombres y mujeres huían de Florencia a los campos aledaños…Y cuentan las historias narradas en el Decamerón.