Edgardo Rafael Malaspina Guerra
I
Casi toda la obra de Tolstói es
autobiográfica. León (Lev en ruso) Tolstói es Dmitri Olenin (Cerval, de ciervo
o reno). Ambos nombres provienen del reino animal. Tolstói buscaba el sentido
de su vida y hacía comparaciones entre las sociedades citadinas y provincianas.
Su visita al Cáucaso se presta para hacer esas reflexiones que son las mismas
que hace el héroe de la novela cuando emprende su periplo. El viaje de Tolstói como cadete al Cáucaso (1851) se relaciona con su
participación en la guerra de los rusos contra los turcos.
II
“A donde fueres, haz lo que vieres”,
reza el refrán; y eso es precisamente lo que hace Olenin en el Cáucaso: trata
de portarse como un cosaco más: se viste como un cosaco, bebe como un cosaco y
va de cacería como un cosaco. En todo esto le va bien, menos cuando se enamora
de Marianka , novia de Luká. Su amor no es correspondido nunca , ni siquiera
cuando Luká prácticamente ya no es un obstáculo.
III
Las conversaciones con el viejo
Eroshka entre copa y copa le sirven para orientarse en su nueva vida. Jamás se
insertará en ese nuevo ambiente, y su fracaso amoroso con Marianka le hace
emprender otros derroteros. Cada fracaso le enseña al hombre algo que
necesitaba aprender, decía Charles Dickens.
Párrafos y frases:
1
La partida de Olenin desde Moscú:
Las ventanas se hallaban á oscuras y
los faroles apagados. Por la ciudad dormida, desde lo alto de las iglesias,
vibraba el repique de las campanas, anunciando el amanecer. Por las calles,
todo era
soledad. Únicamente se veía, de vez
en cuando, á un cochero de alquiler que, por la arena impregnada de nieve,
conducía su trineo, parábase al otro lado de la vía y, en espera de un
parroquiano, quedábase después dormitando. Alguna vieja se dirigía al templo, donde
fulguraban, con vivo resplandor, unos cirios desordenadamente dispuestos que
herían el oro de los retablos.
2
Olenin era un joven que no había
terminado carrera alguna ni servido en ninguna parte; sólo figuraba, por mera
fórmula, en la nómina de un ministerio cualquiera. Había derrochado la mitad de
su caudal, y, á los veinticuatro años, no sabía aun qué profesión elegir ni qué
hacer.
3
Meditaciones de Olenin:
Y recordó todos los arrebatos de su
juventud. Acudíanle á la mente los primeros tiempos de su vida mundana; veía de
nuevo á la hermana de un su amigo con el cual pasaba todas las noches en su
casa: la luz de la lámpara alumbraba los dedos esbeltos de la joven que
trabajaba en una labor, con su semblante precioso .
4
Sueños:
De
modo vago y confuso se aparecía todo eso; pero lo que más le interesaba en el
porvenir, eran promesas de gloria y amenazas de muerte. A lo mejor, con
increíble arrojo y fuerza que era pasmo de todos, quitaba la vida á un
sinnúmero" de montañeses si no los sojuzgaba. A veces el mismo veíase
trocado en montañés, defendiendo su libertad contra los rusos.
5
Nueva vida:
Mientras más se alejaba Olenin del
centro de Rusia, más parecía que de él huían los recuerdos. Y, a medida que iba
aproximándose al Cáucaso, su alma cobraba más bríos. «Irse por siempre y no
volver ni aparecer más en sociedad» era lo que, de vez en cuando, le venía al
cerebro. «Los hombres de aquí no son hombres; ninguno sabe quién soy ni conoce
mi pasado; ninguno de ellos puede haber
tratado, en Moscú á la sociedad que yo frecuentaba Y nadie, en ella, sabrá cómo
he vivido entre estos hombres».
6
Tristeza por la partida:
El anciano( Erochka) permanecía sentado en el
suelo.
—¿Pero se separa uno así, imbécil?—dijo.—Hemos
estado juntos un año entero y... Adiós; ¡ya está dicho todo! y yo que te quiero
tanto! Me da lástima: ¡pobrecito... y siempre solo! ¡Qué insociable eres! Me ha
sucedido no dormir por la noche y pasarla pensando en ti; tanta compasión me
inspirabas. Dice verdad la canción:
Es triste, hermano querido,
vivir en país extraño.
7
El que se va ya no es necesario:
Adiós, padre, adiós; me acordaré
mucho de ti,—gritaba Erochka.
Al alejarse, Olenin se volvió
todavía... Erochka y Marianka hablaban ya entre sí de asuntos al parecer
indiferentes: ni el viejo ni la joven le dirigieron una mirada más.
PELÍCULA: LOS COSACOS (1961)
El cineasta soviético Vasili Pronin
dirigió una adaptación al cine de los cosacos en 1961, que se estrenó en la
reunión anual Festival de Cine de Cannes.
1
El joven noble moscovita Dmitry
Andreevich Olenin (Gubanov) despilfarró la mitad de la fortuna dejada por sus
padres. Sin educación ni rangos, ingresa al servicio en el Regimiento de
Infantería del Cáucaso como cadete, tratando de evitar las tentaciones de la
vida del mundo de Moscú en las dificultades del servicio. El regimiento está
ubicado cerca del río Terek, que sirve como separación natural de las
posiciones de los cosacos y los montañeses.
2
Olenin se aloja en la casa donde
vive, entre otros miembros del hogar, la hija del dueño, Maryana (Kirienko).
Quieren casarla con un joven cosaco Lukashka Shirokov, que se distingue por su
atrevimiento y coraje. Olenin, como todos los soldados del ejército, es
recibido con frialdad en el pueblo. Pero pronto, gracias a su disposición
abierta y generosidad, la actitud hacia él cambia. Un papel importante en este
cambio lo juega el viejo y respetado cosaco Eroshka (Andreev), quien desde la
primera reunión trató bien al joven cadete. Olenin no escatima en el alquiler
de la estancia, le da a Lukashka uno de sus caballos, trata generosamente a
Eroshka con vino. Cazan juntos, Dmitry admira la naturaleza que los rodea y la
sencillez sin pretensiones de la vida y las relaciones.
3
Olenin es ascendido a oficial, pero
evita la vida desenfrenada de un oficial con juegos de cartas y frecuentes
juergas borrachas. Pasa la mayor parte de su tiempo fuera de servicio cazando o
en casa. Poco a poco, Dmitry se deja llevar, incluso se enamora de Maryanka.
Finalmente, observando los preparativos de la boda y dándose cuenta de que está
perdiendo el tiempo, Olenin le propone matrimonio a la chica. Deja la decisión
a los padres.
4
A la mañana siguiente irá a buscar su
bendición, pero, cumpliendo con su deber militar, parte con un destacamento de
cosacos en persecución de un pequeño destacamento de abreks. En el curso de la
batalla que siguió, Lukashka resultó mortalmente herido. La noticia de esto
aleja a Dmitry y Maryanka, ella lo considera indirectamente involucrado en la
muerte de su novio. Al darse cuenta de
que la felicidad con ella ya no será posible, Olenin abandona la aldea,
acompañada por un Eroshka entristecido.