domingo, 13 de octubre de 2019

LA MUERTE EN VENECIA


LA MUERTE EN VENECIA

Edgardo Rafael Malaspina Guerra

1
La muerte en Venecia (1912) es una novela corta de Thomas Mann, “concebida de un modo poco ambicioso como ninguna otra de mis obras: la había pensado como una improvisación a que podría dar fin con rapidez, como una simple interrupción de mi trabajo…” (Th. M).
2
Era sencillamente deseo de viajar; deseo tan violento como un verdadero ataque, y tan intenso, que llegaba a producirle visiones. Su imaginación, que no se había tranquilizado  desde ls horas de trabajo, cristalizó en la evocación de un ejemplo de las maravillas y espantos de la  tierra que quería abarcar en una sola imagen.
3
Consideraba el viaje como una medida higiénica…Era un ansia indudable de huir , ansia de cosas nuevas y lejanas, de liberación , de descanso, de olvido. Era deseo de huir de su obra, del lugar cotidiano, de su labor obstinada , dura y apasionada.
4
Y deseaba ardientemente ardientemente llegar a viejo, pues siempre había creído  que sólo es verdaderamente  grande y realmente digno de estima el artista a quien el Destino ha concedido el privilegio de crear sus obras  en todas las etapas de la vida humana.
5
La grandeza de toda su obra  estaba hecha de un minucioso trabajo cotidiano: era la resultante de cientos de inspiraciones breves.
6
Para que cualquier  creación espiritual produzca rápidamente una impresión extraña y profunda, es preciso que exista  secreto parentesco y hasta identidad entre el carácter personal del autor y el carácter general de su generación.
7
Casi todas las cosas grandes que existen son grandes porque existen son grandes porque se han creado contra algo, a pesar del algo, a pesar de dolores y tribulaciones, de pobreza y abandono: a pesar de la debilidad corporal.del vicio, de la pasión.
8
La serenidad en medio de la desgracia, y la gracia en medio de la tortura, no son sólo resignación; son también actividad y encierran un triunfo positivo.
9
El arte significa , para quien lo vive, una vida enaltecida.
10
¡Oh Venecia ¡ ¡Magnifica ciudad! De irresistible  atracción  para las personas  ilustradas, tanto por el prestigio de su historia  como por sus actuales encantos.
11
¿Quién no experimenta cierto estremecimiento, quién  no tiene  que luchar  contra una secreta  opresión  al entrar por primera vez , o tras larga ausencia, en una góndola veneciana?
12
Los sentimientos y observaciones del hombre solitario son al mismo tiempo más confusos  y más intensos  que los de las gentes socialbles.
13
La soledad engendra lo original, lo atrevido, y lo extraordinariamente bello; la poesía. Pero engendra también  lo desagradable, lo inoportuno, absurdo e inadecuado.
14
En el edificio entero reinaba ese solemne silencio que constituye  el orgullo  de los grandes hoteles.
15
Quien se esfuerza por alcanzar lo excelso, nota  el ansia de reposar en lo perfecto. ¿Y la nada no es acaso una forma de la perfección?
16
Sólo tenemos la edad que aparenta nuestro espíritu y nuestro corazón y a veces el pelo gris es menos verdad …
17
Los poetas no podemos andar el camino de la belleza  sin que Eros nos acompañe y nos sirva de guía.


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