LA
MUERTE EN VENECIA
Edgardo
Rafael Malaspina Guerra
1
La
muerte en Venecia (1912) es una novela corta de Thomas Mann, “concebida de un
modo poco ambicioso como ninguna otra de mis obras: la había pensado como una
improvisación a que podría dar fin con rapidez, como una simple interrupción de
mi trabajo…” (Th. M).
2
Era
sencillamente deseo de viajar; deseo tan violento como un verdadero ataque, y
tan intenso, que llegaba a producirle visiones. Su imaginación, que no se había
tranquilizado desde ls horas de trabajo,
cristalizó en la evocación de un ejemplo de las maravillas y espantos de
la tierra que quería abarcar en una sola
imagen.
3
Consideraba
el viaje como una medida higiénica…Era un ansia indudable de huir , ansia de
cosas nuevas y lejanas, de liberación , de descanso, de olvido. Era deseo de
huir de su obra, del lugar cotidiano, de su labor obstinada , dura y
apasionada.
4
Y
deseaba ardientemente ardientemente llegar a viejo, pues siempre había
creído que sólo es verdaderamente grande y realmente digno de estima el artista
a quien el Destino ha concedido el privilegio de crear sus obras en todas las etapas de la vida humana.
5
La
grandeza de toda su obra estaba hecha de
un minucioso trabajo cotidiano: era la resultante de cientos de inspiraciones
breves.
6
Para
que cualquier creación espiritual
produzca rápidamente una impresión extraña y profunda, es preciso que
exista secreto parentesco y hasta
identidad entre el carácter personal del autor y el carácter general de su
generación.
7
Casi
todas las cosas grandes que existen son grandes porque existen son grandes porque
se han creado contra algo, a pesar del algo, a pesar de dolores y tribulaciones,
de pobreza y abandono: a pesar de la debilidad corporal.del vicio, de la
pasión.
8
La
serenidad en medio de la desgracia, y la gracia en medio de la tortura, no son
sólo resignación; son también actividad y encierran un triunfo positivo.
9
El
arte significa , para quien lo vive, una vida enaltecida.
10
¡Oh
Venecia ¡ ¡Magnifica ciudad! De irresistible
atracción para las personas ilustradas, tanto por el prestigio de su
historia como por sus actuales encantos.
11
¿Quién
no experimenta cierto estremecimiento, quién
no tiene que luchar contra una secreta opresión
al entrar por primera vez , o tras larga ausencia, en una góndola
veneciana?
12
Los
sentimientos y observaciones del hombre solitario son al mismo tiempo más
confusos y más intensos que los de las gentes socialbles.
13
La
soledad engendra lo original, lo atrevido, y lo extraordinariamente bello; la
poesía. Pero engendra también lo
desagradable, lo inoportuno, absurdo e inadecuado.
14
En
el edificio entero reinaba ese solemne silencio que constituye el orgullo
de los grandes hoteles.
15
Quien
se esfuerza por alcanzar lo excelso, nota
el ansia de reposar en lo perfecto. ¿Y la nada no es acaso una forma de
la perfección?
16
Sólo
tenemos la edad que aparenta nuestro espíritu y nuestro corazón y a veces el
pelo gris es menos verdad …
17
Los
poetas no podemos andar el camino de la belleza
sin que Eros nos acompañe y nos sirva de guía.
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