domingo, 15 de diciembre de 2019

EL CONTRAESCRITOR



Con Gabriel Jiménez Emán.
EL CONTRAESCRITOR

Edgardo Rafael Malaspina Guerra

1
El contraescritor (2007) es un libro de Gabriel Jiménez Emán, cuyo contenido irreverente, en forma de dardos lapidario, lo podemos sospechar en el prólogo de cuatro líneas: “Este libro no es un libro. Es un conjunto de palabras acurrucadas en páginas al azar. No quieren decir nada. Sólo están ahí, aleteando siempre en marea blanca”.
2
Una historia  no puede ser nunca tan verídica: he ahí la ambigüedad vital que un cuentista debe trasladar, como pueda, al papel.
3
Me atrevo a afirmar que la mayoría de las cosas  se escriben bajo presión. En el caso de los cuentos, si se los comienza  hay que terminarlos, no importa si torpemente. Pero concluirlos lo más pronto. Perfeccionarlos seguramente lleva más tiempo que escribirlos.
4
El dominio del cuento se reduce casi siempre al dominio anímico que debe tener cada escritor al encuentro de una realidad: la pesadilla cotidiana.
5
Consejos de Cortázar en “Del cuento y sus alrededores” : esfericidad. Eliminación (ningún cuento debe tener intención de barroquismo, eliminar los superfluo), vertiginosidad (ir contra el reloj).
6
Alberto Moravia dice: todo escritor es esquizofrénico.
7
Intento pensar, desde la hamaca, en que consiste la felicidad, y luego me doy cuenta de que la felicidad está en la hamaca misma.
8
Sólo después de los cincuenta años el hombre puede calibrar que quizá lo más importante de ahí en adelante es la salud.
9
La mala salud siempre nos hace ver el mundo distorsionado, es decir: como realmente es.
10
La voz de la literatura  se alcanza durante la noche ,que es cuando nos hablan los murmullos, los dormidos, las visiones, los muertos, los sabios solitarios que nos han dejado en los libros sus palabras.
11
Dormir cerca de una pequeña biblioteca siempre es mejor que dormir solo.
12
Vivir es  derrochar. Derroché mi juventud, e hice bien. La juventud es para eso, para entregarla toda al vivir presente. En la vejez, en cambio, no hay nada que derrochar, excepto unas cuantas dolencias humillantes  y enfermedades prosaicas que te ponen a ras con otros más ancianos, de los que huyes silenciosamente.
13
La literatura y la vida se confunden hasta desfigurarse.
14
Escribir es un acto que se parece asombrosamente a vivir.
15
Cuando la vida esté muy brillante ponte uno lentes oscuros. Entonces la verás gris, como realmente es. Cuando la vida esté muy oscura, acuéstate a dormir que mañana el sol es seguro.

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