jueves, 25 de julio de 2019

TRAICIONES DE LA MEMORIA






TRAICIONES DE LA MEMORIA
(“Siempre he pensado que la pasión literaria, el gusto por imaginar historias, por sumergirnos en ellas y encarnar en personajes  que somos nosotros, tiene un parentesco estrecho con la esquizofrenia, con la demencia…”)



Edgardo Malaspina
1
 Así se llama el libro del escritor colombiano Héctor Abad Faciolince, donde habla de su vida  pero en forma de cuentos combinados con el ensayo. La mayoría de las  obras literarias contemporáneas  ya no se pueden encasillar  con una etiqueta  específica; porque  en el marco de la posmodernidad tienen un toque de cada uno de los géneros conocidos.
2
 De los tres relatos: Un poema de bolsillo, Un camino equivocado y Ex futuros, me impactó más el primero. El autor trata de averiguar si unos versos encontrados en un bolsillo de su padre asesinado pertenecen a Jorge Luis Borges. El poema dice:
Ya somos el olvido que seremos.
El polvo elemental que nos ignora
y que fue el rojo Adam y que es ahora
todos los hombres, y que nos veremos.
Ya somos  en la tumba las dos fechas
del principio y el término. La caja,
la obscena corrupción y la mortaja,
los ritos de la muerte, y las endechas.
No  soy el insensato que se aferra
al mágico sonido de su nombre.
Pienso con esperanza en aquel hombre
Que no sabrá que fui sobre la tierra.
Bajo el indiferente azul del cielo
esta meditación es un consuelo.
3
En la búsqueda del verdadero autor del texto lírico, Abad hace profundas reflexiones sobre la vida a través de  la memoria: “…Qué queda de la vida cuando uno no la recuerda ni la escribe? Nada. Hay muchos pedazos de nuestra vida que ya no son nada, por un simple hecho: ya no los recordamos. Todo lo que no se recuerda ha desaparecido para siempre”. Y prosigue: “La vida a veces tiene la misma consistencia de los sueños que, al despertarnos, se desvanecen. Por eso uno debería tener con ciertos episodios de la vida-tal como hacemos con algunos sueños-la precaución  de anotarlos  porque si no, se olvidan y se disuelven en el aire”.
4
Podemos confundir, con el paso de los años, la realidad con la fantasía. Eso es la confabulación de la memoria: la aparición de recuerdos de experiencias que en realidad nunca han tenido lugar. Sobre un mismo hecho los testigos pueden dar diferentes versiones. Todo depende de la valoración que haga cada uno del mismo. “Las vivencias se olvidan, las cosas se pierden”.
5
Un mismo relato tiene sus variaciones. La memoria solamente es confiable cundo es imperfecta y “ que una aproximación a la precaria verdad humana se construye solamente con la suma de los recuerdos imprecisos, unidos a la resta de los distintos olvidos”.
 Recordamos las cosas no tal como ocurrieron, sino tal como las relatamos en nuestro último recuerdo, en nuestra última manera de contarlas. El relato sustituye a la memoria precisa, afirma Héctor Abad y continúa: “Así son los recuerdos, traicioneros, huérfanos de su prueba testimonial de piedra o mármol”. La memoria superpone en el mismo espacio recuerdos de tiempos distintos: “No es una falsedad , es un detalle de un tiempo trasladado a otro momento”.
6
 Abad indaga sobre el origen de poema en periódicos, revistas y libros viejos. Viaja a diferentes lugares. Hace entrevistas y compara las diferentes versiones para concluir que los versos pertenecen a Borges. En el libro hay abundante material fotográfico con apuntes de puño y letra del autor que permiten ir junto con él  tras la huella de sus investigaciones.


 7
 En Ex Futuros se analiza el papel de la literatura, la cual  compara con la locura: “Siempre he pensado que la pasión literaria, el gusto por imaginar historias, por sumergirnos en ellas y encarnar en personajes  que somos nosotros, tiene un parentesco estrecho con la esquizofrenia, con la demencia…”
8
“Escribir ficciones tiene algo de locura controlada”. El escritor se refleja en sus personajes imaginarios. La bondad de Don Quijote era una de los atributos de Miguel de Cervantes. Faubert dijo que él era Madame Bovary. El novelista se desdobla. Borges afirmó: “Yo, que tantos hombres he sido, no he sido nunca aquel en cuyo abrazo desfallecía Matilde Urbach”.
9
 La literatura, como el juego del ajedrez sirve para analizar las variantes  de la vida. Podemos regresarnos, como en una partida del juego ciencia, y analizar por qué ganamos o perdimos. Un libro puede ayudarnos a ubicarnos mejor en el contexto de nuestros problemas. Lo que fuimos y lo que no fuimos sólo será, con el paso del tiempo, fantasmas. Y los fantasmas están en la literatura.



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