TRAICIONES
DE LA MEMORIA
(“Siempre
he pensado que la pasión literaria, el gusto por imaginar historias, por
sumergirnos en ellas y encarnar en personajes
que somos nosotros, tiene un parentesco estrecho con la esquizofrenia,
con la demencia…”)
Edgardo
Malaspina
1
Así se llama el libro del escritor colombiano
Héctor Abad Faciolince, donde habla de su vida
pero en forma de cuentos combinados con el ensayo. La mayoría de
las obras literarias contemporáneas ya no se pueden encasillar con una etiqueta específica; porque en el marco de la posmodernidad tienen un
toque de cada uno de los géneros conocidos.
2
De los tres relatos: Un poema de bolsillo, Un
camino equivocado y Ex futuros, me impactó más el primero. El autor trata de
averiguar si unos versos encontrados en un bolsillo de su padre asesinado
pertenecen a Jorge Luis Borges. El poema dice:
Ya
somos el olvido que seremos.
El
polvo elemental que nos ignora
y
que fue el rojo Adam y que es ahora
todos
los hombres, y que nos veremos.
Ya
somos en la tumba las dos fechas
del
principio y el término. La caja,
la
obscena corrupción y la mortaja,
los
ritos de la muerte, y las endechas.
No soy el insensato que se aferra
al
mágico sonido de su nombre.
Pienso
con esperanza en aquel hombre
Que
no sabrá que fui sobre la tierra.
Bajo
el indiferente azul del cielo
esta
meditación es un consuelo.
3
En
la búsqueda del verdadero autor del texto lírico, Abad hace profundas
reflexiones sobre la vida a través de la
memoria: “…Qué queda de la vida cuando uno no la recuerda ni la escribe? Nada.
Hay muchos pedazos de nuestra vida que ya no son nada, por un simple hecho: ya
no los recordamos. Todo lo que no se recuerda ha desaparecido para siempre”. Y
prosigue: “La vida a veces tiene la misma consistencia de los sueños que, al
despertarnos, se desvanecen. Por eso uno debería tener con ciertos episodios de
la vida-tal como hacemos con algunos sueños-la precaución de anotarlos
porque si no, se olvidan y se disuelven en el aire”.
4
Podemos
confundir, con el paso de los años, la realidad con la fantasía. Eso es la
confabulación de la memoria: la aparición de recuerdos de experiencias que en
realidad nunca han tenido lugar. Sobre un mismo hecho los testigos pueden dar
diferentes versiones. Todo depende de la valoración que haga cada uno del
mismo. “Las vivencias se olvidan, las cosas se pierden”.
5
Un
mismo relato tiene sus variaciones. La memoria solamente es confiable cundo es
imperfecta y “ que una aproximación a la precaria verdad humana se construye
solamente con la suma de los recuerdos imprecisos, unidos a la resta de los
distintos olvidos”.
Recordamos las cosas no tal como ocurrieron,
sino tal como las relatamos en nuestro último recuerdo, en nuestra última
manera de contarlas. El relato sustituye a la memoria precisa, afirma Héctor
Abad y continúa: “Así son los recuerdos, traicioneros, huérfanos de su prueba
testimonial de piedra o mármol”. La memoria superpone en el mismo espacio
recuerdos de tiempos distintos: “No es una falsedad , es un detalle de un
tiempo trasladado a otro momento”.
6
Abad indaga sobre el origen de poema en
periódicos, revistas y libros viejos. Viaja a diferentes lugares. Hace
entrevistas y compara las diferentes versiones para concluir que los versos
pertenecen a Borges. En el libro hay abundante material fotográfico con apuntes
de puño y letra del autor que permiten ir junto con él tras la huella de sus investigaciones.
7
En Ex Futuros se analiza el papel de la
literatura, la cual compara con la
locura: “Siempre he pensado que la pasión literaria, el gusto por imaginar
historias, por sumergirnos en ellas y encarnar en personajes que somos nosotros, tiene un parentesco
estrecho con la esquizofrenia, con la demencia…”
8
“Escribir
ficciones tiene algo de locura controlada”. El escritor se refleja en sus
personajes imaginarios. La bondad de Don Quijote era una de los atributos de
Miguel de Cervantes. Faubert dijo que él era Madame Bovary. El novelista se
desdobla. Borges afirmó: “Yo, que tantos hombres he sido, no he sido nunca
aquel en cuyo abrazo desfallecía Matilde Urbach”.
9
La literatura, como el juego del ajedrez sirve
para analizar las variantes de la vida.
Podemos regresarnos, como en una partida del juego ciencia, y analizar por qué
ganamos o perdimos. Un libro puede ayudarnos a ubicarnos mejor en el contexto
de nuestros problemas. Lo que fuimos y lo que no fuimos sólo será, con el paso
del tiempo, fantasmas. Y los fantasmas están en la literatura.
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