domingo, 2 de abril de 2023

[2] VIAJE A LA ALCARRIA

 

 

[2] VIAJE A LA ALCARRIA (1948).

 

Edgardo Rafael Malaspina Guerra

“Viaje a la Alcarria (1948) del Premio Nobel de Literatura (1989) Camilo José Cela (1916-2002) es una crónica sobre la visita del autor a esa región española. El narrador habla de todo lo que va viendo en su viaje, los pueblos, su gente y hasta los animales. Cada situación, por más intrascendente, que parezca,  es objeto de su atención. Los días con sus cambios climáticos los cielos y todos los parajes de la naturaleza pasan por sus ojos atentos del viajero y van hasta el papel con sencillas, pero hermosas palabras.

“El viajero es un hombre joven, alto, delgado. Está en mangas de camisa fumando un cigarrillo. Lleva ya varias horas sin hablar, varias horas que no tiene con quién hablar. De cuando en cuando bebe un sorbo —ni pequeño ni grande— de whisky o silba, por lo bajo, alguna cancioncilla”. (CJC),

 

PÁRRAFOS Y FRASES

1

Como médico me gusta este diálogo:

Julio Vacas, alias Portillo, habla con el viajero.

—¿Es usted aficionado a leer?

—Sí; a veces leo algo.

—Pues le voy a regalar a usted dos libros que tengo en mucha estima. Son muy antiguos, son dos libros de sabios. Por ellos no quiero nada: haz bien y no mires a quién. Se los voy a regalar. Son dos libros para la salud; está usted muy blanco.

El viajero, mientras el trapero busca los libros, se entretiene mirando para las paredes.

—Aquí están.

—Pues muchas gracias.

El viajero busca dos pesetas en el bolsillo.

—No; yo estas cosas no las cobro.

—Perdón, estas dos pesetas no son por los libros, ya sé que valen más, estas dos pesetas son un obsequio.

—Ese ya es otro cantar.

Julio Vacas se guarda sus dos pesetas y el viajero hojea los libros. Uno se titula Tratado práctico de la gota, y está fechado en Alcalá, en 1791, en la Oficina de la Real Universidad. Fue escrito en lengua francesa por M. Coste, consejero y médico más antiguo de los Guardias de S. M. el Rey de Prusia; la traducción al castellano es de don Ramón Tomé, profesor de Cirugía en la Corte, quien le añadió un Tratado de Aguas Minerales. El otro se llama La Medicina Curativa o la Purgación, y está escrito por M. Le Roy, cirujano consultor de París. La portada lleva dos versitos que dicen: Lleva el médico consigo, quien me lleva en el bolsillo. El libro está fechado en Valencia, en 1828, en la Oficina de José Ferrer de Orga, y lleva un retrato del autor, con media orla en letra inglesa que dice: M. Le Roy, Propagador de la Medicina Curativa.

2

Yo digo que la mañana se ha hecho para andar, la tarde para mirar y la noche para dormir.

3

Una cigüeña pasa, no muy alta, con una culebra en el pico. Unas perdices se levantan de un tomillar. Un pastorcito adolescente y una cabra pecan, con uno de los pecados más antiguos, a la sombra de un espino florecido de aromáticas florecitas blancas como la flor del azahar.

4

Pienso que la literatura es un camino —nítido, a veces, y a veces, borroso y desdibujado— que no se camina jamás. De ahí mi entrega, cada día con menores reservas y mayor y más viciosa fruición, a su menester.

5

Versos jocosos:

Julio Vacas, que ignora el pensamiento del viajero, sigue perorando.

Una vieja se comió

ciento y pico de sardinas,

y toda la noche estuvo

del recto sacando espinas.

 

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