EL
SEÑOR PRESIDENTE
Edgardo Rafael Malaspina Guerra
1
El
señor Presidente (1946) de Miguel Ángel Asturias fue la primera novela que leí
sobre las dictaduras latinoamericanas. Aquí se retrata la vesania y maldad de
todos los dictadores y “el poder
especial que tienen sobre la gente” para desactivarlos física y espiritualmente.
En El señor presidente hay políticos cuya opulenta forma de vivir es una burla
constante al pueblo, militares inmorales y corruptos. Hay gente en la miseria
deambulando por las calles, persecuciones por motivos políticos y torturas a
hombres y mujeres como colocar cal en los pechos de una mujer que amamanta.
Cuando uno de los amigos del presidente se aparta de las atrocidades de la
dictadura, entonces se convierte en traidor y hay que buscar la manera de
culparlo de cualquier delito que no cometió para encarcelarlo.
El
terror paraliza a la gente hasta el punto que muchos no quieren retratarse con
ls enemigos del dictador. Un inocente podía ser obligado a reconocer “su
culpabilidad”. El dictador es amante de las reelecciones fraudulentas y de las celebraciones
desaforadas de sus “triunfos”. Las cárceles no pueden estar vacías: la liberación de un preso supone el arresto
de otro opositor.
La
desinformación es una constante para confundir a los habitantes.
El
fundamento de una dictadura es el miedo. El miedo de los seguidores y el de los
opositores. Las víctimas no saben si es real e terror que viven. Es algo
surrealista: Esto no puede ser. Esto no está pasando.
2
El
dictador no duerme casi. Es un semidios, una deidad de las tinieblas. El
presidente-dictador es la imagen de la corrupción política.
Los
opositores son arrestados, torturados y no saben por qué.
La
verdad proviene sólo del presidente.
No hay compasión por el prójimo porque cada
uno anda en lo suyo.
La
palabra no es para informar , es para provocar pánico.
El tirano llega al poder y se
sostiene con la ayuda de la gente.
4
El hombre en dictadura pierde su
identidad, se deshumaniza, es otro.
5
Huir
es una confesión de culpabilidad.
6
El
silencio da miedo.
7
Los
hombres somos como las tripas de cerdo que el carnicero demonio rellena de
carne picada para hacer chorizos.
8
¡No
se pregunte, general, si es culpable o inocente: pregúntese si cuenta o no con
el favor del amo, que un inocente a mal con el gobierno, ¡es peor que si fuera
culpable!
9
El
crimen es preciso porque garantiza al gobierno la adhesión del ciudadano.
10
Una
dictadura es una realidad, un sueño y una pesadilla.
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