miércoles, 5 de junio de 2019

ESCUCHA LA CANCIÓN DEL VIENTO


ESCUCHA LA CANCIÓN DEL VIENTO
(“Si uno cada vez que escribe no se vuelve un poco más sabio, entonces no tiene ningún sentido escribir”.)


Edgardo Malaspina
Dedicatoria: A Natalí y a Ricardo, a través de quienes conocí este interesante escritor.
1
Escucha la canción del viento (1979) es la primera novela de Haruki Murakami (1949), el más famoso de los escritores japonés en la actualidad, la cual escribió en la mesa de la cocina por las noches, luego de regresar de su trabajo como barman.
Murakami leía a los escritores rusos del siglo XIX, pero no conocía a los japoneses y nunca había escrito nada; sin embargo, mientras presenciaba un juego de beisbol pensó repentinamente: escribiré una novela; compró papel y lápices y todos los días escribía una hora.
2
En la novela el narrador es buen lector, pero su amigo, Rata, no, y solo bebe cervezas y fuma; no obstante, se contagia y empieza también a leer y luego a escribir. La novela es la historia de cómo se escribe una novela, en cierto modo. En ese sentido me recuerda a Piedra de mar (1968) de nuestro Francisco Massiani y donde el narrador vive dentro de la novela porque al mismo tiempo la está escribiendo.
3
En la obra hay conversaciones intrascendentes, mujeres, sexo, veladas nocturnas con abundante alcohol, cigarrillos y mucha música (jazz y pop) porque Murakami es melómano. El narrador se dice seguidor del escritor ficticio estadounidense Derek Heartfield, uno de cuyos libros se lo regaló un tío.
4
 A continuación algunas frases que me parecieron interesantes:
Si uno es capaz de ensamblar palabras de modo efectivo, las emociones y las ideas pueden expresarse muy bien. No hace falta poner una palabra complicada una tras otra ni utilizar expresiones hermosas  para despertar la admiración de la gente.
5
Hay que escribir con voz propia natural, con estilo ágil, neutro, desprovisto de componentes superfluos.
Hay un ritmo poderoso al combinar frases cortas. Es bueno usar  un lenguaje directo, sin circunloquios, descripciones precisas, sin aspavientos.
Hay que escribir lo más alejado posible del llamado lenguaje novelístico.
6
Si no existe el espíritu de aventura, no nacerá nada nuevo.
7
La vida es un misterio.
8
Escribí esta novela, por así decirlo, como un desafío, de corrido, poniendo lo que se venía a la cabeza.
9
La escritura perfecta no existe. De la misma forma que tampoco existe la desesperación absoluta.
10
Escribir no es un método de autoayuda, como mucho es una humilde tentativa. El acto de escribir consiste en medir la distancia entre el yo y las cosas que nos rodean. Escribir es una tarea terriblemente angustiosa. A pesar de ello, la tarea de escribir también puede ser divertida. Porque en comparación con las adversidades de la vida, al escribir es muy sencillo darle sentido a todo.
11
Quien tiene el corazón oscuro sólo puede tener sueños oscuros.
12       
Si te interesa el arte o la literatura, lee a los griegos.
13
Prefiero una falsedad esplendida a una pobre realidad.
14
Resulta terriblemente difícil hablar sobre alguien que ha muerto. Los que sobrevivimos vamos envejeciendo cada año, cada mes, cada día que pasa. A veces tengo la sensación de que envejezco por horas. Y lo horrible de esto es que es verdad.
15
…Estoy escribiendo estás líneas mientras, a fuerza de cerveza y de tabaco, le doy puntapiés a mi conciencia, que está a punto de sumirse en un sueño profundo en el pozo del tiempo.
16
Todas las tumbas tienen un sentido claro. Nos viene a decir que moriremos un día u otro.
17
Hearfield siempre había defendido que una novela, aparte de aportar información, tenía que ser algo que pudiera expresarse a través de una gráfica, y creía que la precisión era algo proporcional a la cantidad.
18
La mentira y el silencio son los mayores pecados, pecados enormes de la sociedad humana actual. De hecho,  mentimos a menudo, callamos con frecuencia.
19
Una enferma que no puede caminar dice: Lo que he aprendido en la cama durante estos tres años es que, por muy lamentable que sea una situación, el ser humano siempre aprende algo, y que esto es, justamente lo que le permite seguir viviendo.
20
En un bar un anuncio dice: Aquello que uno ofrece con generosidad, siempre le será devuelto.
21
¿Acaso puede comprender la claridad del día la profundidad de las tinieblas de la noche?  (Palabras de Nietzsche sobre la tumba de Hearfield.)
22
Si uno cada vez que escribe no se vuelve un poco más sabio, entonces no tiene ningún sentido escribir.




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