MARTÍN
HEIDEGGER: EL CONCEPTO DEL TIEMPO
Edgardo
Rafael Malaspina Guerra
1
Si
el tiempo encuentra sentido en la eternidad, entonces habrá que
comprenderlo a partir de ésta.
2
Si
la eternidad fuera una cosa distinta del vacío ser siempre, si Dios
fuera la eternidad, entonces la manera de considerar el tiempo
inicialmente propuesta habría de mantenerse en estado de perplejidad
mientras no conozca a Dios,
mientras no conozca la pregunta que interroga por él.
3
Si
Dios pasa por la fe y si el entrar en el tema de la eternidad no es
otra cosa que esa fe, en tal caso la filosofía jamás tendrá
acceso a la eternidad y, por consiguiente, en el plano metodológico
nunca podrá tomarla como una posible perspectiva para discutir la
cuestión del tiempo. La filosofía nunca podrá disipar esta
perplejidad.
4
El
filósofo no cree. Cuando el filósofo plantea la cuestión del
tiempo, entonces está dispuesto a comprender el tiempo a partir del
tiempo, concretamente a partir de la eternidad, un derivado de la
esfera temporal.
5
El
tiempo es aquello en lo se produce acontecimientos (Aristóteles).
6
El
tiempo es algo en lo que se puede fijar arbitrariamente un punto que
es un ahora, de tal manera que en relación con dos puntos temporales
siempre se puede decir que uno es anterior y otro posterior. Este
tiempo es constantemente uniforme y homogéneo.
7
San
Agustín se preguntó si el espíritu mismo es el tiempo.
8
La
pregunta acerca de qué es el tiempo ha acabado por remitir nuestra
investigación al ser-ahí, si por ser-ahí se entiende el ente en su
ser que conocemos como vida humana; el ente que somos cada uno de
nosotros mismos, el ente en apuntamos en la afirmación fundamental:
yo soy.
9
Los
actos de conciencia, los procesos psíquicos están en el tiempo, aun
cuando estos actos no estén determinados por el tiempo.
10
El
ser-ahí es el ente que se caracteriza por el hecho de ser-en
el-mundo. La vida humana no es algo así como un sujeto que haya de
realizar alguna hazaña habilidosa para llegar al mundo.
11
El
modo fundamental de ser-ahí del mundo que unos y otros tienen
juntamente es el hablar.
12
El
ser-ahí es un ente que se determina como “yo soy”.
13
Nadie
es el mismo en la cotidianidad. Lo que allí es y cómo es alguien,
presenta la faz del nadie: nadie y, sin embargo, todos juntamente.
14
La
relación primaria con el ser-ahí no es la de la contemplación,
sino la de “serlo”.
15
La
propiedad del ser-ahí es aquello que constituye su suprema
posibilidad de ser.
16
El
final de mi existencia, mi muerte, no es algo que interrumpa de
repente una secuencia de acontecimientos, sino una posibilidad
conocida de una manera u otra por el ser-ahí: la posibilidad más
extrema de sí mismo, que el puede
abrazar , apropiársela en su aproximarse.
17
El
ser-ahí sabe de su muerte, y eso incluso cuando no quiere saber nada
de ella.
18
El
ser-ahí, como vida humana, es primariamente ser posible, es el ser
de la posibilidad de un seguro y a la vez indeterminado haber sido.
19
No
tener tiempo significa arrojar el tiempo al mal presente de la vida
cotidiana.
20
El
fenómeno fundamental del tiempo es el futuro.
21
El
tiempo nunca se hace largo, porque originariamente no tiene ninguna
longitud.
22
El
tiempo no tiene tiempo para calcular el tiempo.
23
El
ser-ahí que calcula el tiempo , dice constantemente: no tengo
tiempo.
24
El
ser- ahí consiste en aquello de lo que se ocupa; el ser-ahí es un
presente.
25
El
reloj nos muestra el ahora, pero jamás reloj alguno muestra el
futuro o ha mostrado el pasado.
26
El
pasado es irreversible, el futuro indeterminado.
27
La
definición del tiempo según su irreversibilidad se fundamenta en
el hecho de que el tiempo ha sido invertido previamente.
28
Los
números no se dan temprano o más tarde , porque no siquiera están
en el tiempo.
29
Una
vez que se define el tiempo como tiempo del reloj, desaparece toda
esperanza de alcanzar jamás su sentido originario.
30
El
ser-ahí es el tiempo. El tiempo es temporal.